Grandes y chicos, más de 650 personas han llegado hasta el Instituto Salesiano para profundizar su formación y experiencia de Dios.
Este lunes 8 en el día en que la Iglesia celebró la Fiesta del Bautismo del Señor, Valdivia partió con la XI Escuela de Verano que este año imparte 35 talleres.
En los pasillos del Instituto Salesiano reinaba la alegría, la fraternidad, el espíritu de comunión y, aprovechando el reencuentro con diversos hermanos de la Diócesis, los deseos de buenos augurios y bendiciones para el año que comienza.
Como de costumbre, llama la atención el esfuerzo de cientos de agentes pastorales venidos de las diversas parroquias de la Diócesis, especialmente de la zona rural, como es el caso de los hermanos y hermanas de Lago Ranco y Reumén, quienes se suman a los más de 650 participantes de esta Escuela.
Mons. Ignacio Ducasse, Obispo de Valdivia valoró esta respuesta entusiasta de la gente y destacó que "es un signo que responde a la necesidad de la gente de querer formarse mejor, de querer estar más preparada para vivir más profundamente su vida interior y su vida cristiana, pero también para poder dar respuestas de fe y con profundidad de argumentos a todas aquellas personas que de alguna manera quieren de parte del cristiano que les manifieste realmente en qué cree".
Al concluir el primer día de formación, durante la Eucaristía, Mons. Ducasse insistió en la necesidad de sabernos hijos predilectos de Dios, amados por el Padre. "Pidamos al Señor al iniciar esta Escuela que él nos ayude a que esta experiencia no sea sólo para crecer intelectualmente, para saber más cosas, sino que sea fundamentalmente para crecer en esa conciencia de saberme amado profunda y de forma predilecta por mi Padre Dios, a fin de crecer como discípulos y ser más misioneros, cristianos que van a otros llevando el mensaje que ha tocado y cautivado nuestro corazón, el amor de Dios", puntualizó.
Fuente: Comunicaciones Valdivia
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Valdivia, 09-01-2007