Con una sola alma y un solo corazón la tarde del 21 de agosto, la familia Inmaculada Concepción celebró la Eucaristía ‘fuente y culmen de toda la vida cristiana’, por los 171 años de fundación de las Hermanas de la Caridad Cristiana Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción.
La Iglesia Pueblo de Dios elevó sus manos y corazón al Señor desde el altar de cada hogar familiar y desde la Capilla del Instituto en comunión con las doce comunidades educativas de la Red Inmaculada en Chile. Con una sola alma y un solo corazón la tarde de del 21 de agosto, la familia Inmaculada Concepción celebró la Eucaristía ‘fuente y culmen de toda la vida cristiana’, por los 171 años de fundación de las Hermanas de la Caridad Cristiana Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción.
La memoria histórica por la vida y legado de M. Paulina iniciada en Paderborn en 1849, hasta hoy en Chile con las religiosas que continúan la misión, fue presentada por Pablo, integrante de la Pastoral Nacional de la Red IC, como preámbulo de la celebración.
La eucaristía, desde la Capilla del Instituto en Valdivia, fue presidida por el p. Edison Díaz Moya, Vicario de Educación de la Diócesis, acompañado por el p. Alexander Bohorquez Badell, Capellán del Instituto, y Víctor Hugo Guerrero, diácono permanente, con representantes del Colegio Ntra. Sra. del Carmen y su director Miguel Alarcón; representantes del Instituto con su director Víctor Quinteros González y el equipo directivo, y representantes de todos los estamentos, la Asociación de Padres y Apoderados con su presidenta Majuly Mardones; invitados especiales, la ex directora Srta. Ximena Bustamante Avila; Patricia Silva, Directora Provincial de Educación y la Mayor de Carabineros Sandra Vargas. La eucaristía prolongada online contó con la activa participación de los colegios de la Red de la zona Norte, en el rito del perdón; la zona Centro en la Liturgia de la Palabra y la zona Sur, con la oración universal.
En comunión orante y oblativa estuvieron los rostros de todos quienes integran las respectivas unidades educativas, de la mano de las religiosas de la Casa Misionera M. Paulina de Ancud, y las comunidades de Puerto Montt, Concepción, San Bernardo, Santiago y Valdivia, todos y todas en modo #Paulinízate para prolongar la entrega por el Reino, al servicio de Dios y del prójimo ‘como lámparas encendidas’ para vivir la Caridad Cristiana.
“… ‘Oh día bendito, meta de tantos años, buscada y lograda’, escribió M. Paulina tras consagrarse junto a sus tres hermanas para formar esta congregación -recordó el p. Edison al inicio de la homilía- La persistencia, el sacrificio y la entrega de M. Paulina dieron sus frutos… Cada pregunta la transformó en una búsqueda desde el amor, el sacrificio y el cuidado. M. Paulina llenó su corazón del amor de Dios, heredado de su madre, hermanos y de quienes le acompañaron… ¡Qué importante fue para ella amar a la familia y qué importante es para nosotros hoy! Fue una relación vital que marcó su vida. Ella amó la hora que nunca pasa, vivió la hora de discernir, el cuidado de los más pobres entre los pobres, los ciegos y los huérfanos; hoy día los descartables y crucificados por la historia… El amor a sus cohermanas a quienes escribió más de tres mil quinientas cartas donde les reconocía su labor y sus habilidades; diciéndoles dónde debían estar, corrigiéndolas con amor y motivándolas en su entrega. Qué interesante esa expresión de amor que hoy desde las redes sociales nos da una clave importante, educar para que estos instrumentos sean de una comunicación efectiva en el amor… M. Paulina entregó todo desde el sacrificio porque puso como centro el cuidado a la persona y a la creación. Un imperativo hoy en la educación, más aún en este tiempo, es cuidar a nuestros niños, niñas y jóvenes… Acompañarlos en sus angustias, en la incertidumbre; en sus experiencias de rabia, ira e impotencia frente a lo que vivimos, y el miedo que paraliza y no deja crecer, ahogando aspiraciones y sueños, allí hay mucho que cuidar y acompañar… M. Paulina es esa tinaja llena del amor de Dios dispuesta a compartirla con los otros; ella hizo fiesta en esos niños ciegos y con los más pobres que carecían de hogar, que estaban derrotados por la historia; con fe los resucitó y les dio vida por el Reino, la causa que abrazó”, sostuvo.
El cirio encendido, la canasta de M. Paulina llena de flores, signo de su característica alegría en la misión, junto al pan y el vino fueron presentados al Señor para ser ofrecidos en el Altar de la vida que luego por la efusión del Espíritu se transformaron en el Pan de vida y Bebida de salvación que hoy acompaña, anima y fortalece la labor, misión y entrega desde un servicio alegre y cordial, fruto del trato íntimo con Jesús.
El aplauso hecho gratitud a M. Paulina y a las religiosas de Chile y el mundo por su vida, legado, vocación, misión y espiritualidad al son de la Salve, cántico al Corazón Inmaculado de María, selló la celebración.
Al término de la celebración en el Instituto, los asistentes se reunieron en el casino donde, con todas las medidas sanitarias pertinentes, degustaron un pequeño cóctel, oportunidad en que el director Víctor Quinteros González agradeció la vida y misión de la Hna. M. Cecilia que acompaña pastoralmente al Instituto, la labor desplegada por los educadores que prepararon lo necesario para vivir y celebrar la eucaristía y la presencia de representantes de la Comunidad Educativa Pastoral, del equipo directivo e invitados especiales.
Fue un día histórico, vivido como familia IC en Chile y el mundo; un día vivido al estilo de esa mujer que nadie pudo detener, pues aún en medio de dificultades, como lo es hoy la pandemia, no encontró en ello un obstáculo para su entrega y vivencia de la Caridad Cristiana, instando a todos y a todas a vivir la comunión desde el amor centrado en Cristo Eucaristía y la entrega de María Inmaculada.
Fuente: Instituto Inmaculada Concepción de Valdivia (https://www.inmaculadavaldivia.cl/historica-eucaristia-171-aniv-fundacion-congregacional/)
Valdivia, 24-08-2020