Hermanos y hermanas: una vez más el amor por Chile nos lleva a reunirnos en este templo catedral, y como creyentes damos gracias a Dios. Sí, a Él lo alabamos por todas las cosas bellas que ha hecho en el mundo, por la luz del sol y por su Palabra que hoy a iluminado nuestras vidas. A Él, damos gracias por esta tierra hermosa que nos ha dado, por los hombres y mujeres que la habitan y por habernos dado a todos el regalo de la vida.
Al celebrar el aniversario de nuestra Patria, queremos mirar sobre todo con espíritu agradecido a los hombres y mujeres que con generosidad gestaron la grandeza de Chile. Sí han sido ellos: aquellos cuyos nombres conocemos y cuyas estatuas adornan nuestras
plazas, pero también aquellos que no conocemos pero que con el cumplimiento diario de su deber, formaron familias y trabajaron con honradez, sufrieron con valentía, se entregaron con generosidad, es a todos ellos a quienes debemos nuestra eterna gratitud. La Patria es el resultado de una tierra que hemos recibido como don del Creador y de una historia de trabajo y esfuerzo que sus hijos han ido labrando en el tiempo.
La Palabra de Dios que hemos escuchado nos invitaba de una gráfica manera a construir nuestro futuro. En realidad todos de alguna manera vamos construyendo, ¿pero cómo lo hacemos?, el mismo apóstol nos invitaba a ver el material con el cual se construye: oro, piedra, barro, paja o cañas, de alguna manera el tiempo pondrá de manifiesto la calidad de la construcción de nuestras vidas. Al celebrar la historia, de Chile, podemos decir que permanece el recuerdo de aquellos que construyeron con el material precioso de su generosidad, son ellos los que continúan brillando al igual chispas en cañaveral como dice la Escritura.
La Patria es don y tarea: por eso nosotros aquí reunidos hemos de tener en cuenta que ahora es el tiempo que a nosotros nos corresponde construir la grandeza de Chile. De cada uno, en la tarea o misión que ha asumido, la patria espera confiada. Es la hora de las autoridades, de los profesionales, de los trabajadores, de los hombres y mujeres que forman familia, de los jóvenes, de los pastores, es ahora cuando debemos construir con nuestro trabajo generoso, Chile necesita de nosotros, Calama necesita de todos.
Los chilenos hemos decidido que la mejor manera de construir la Patria es viviendo en democracia y a ésta debemos cuidarla. En democracia todos podemos manifestarnos, pero ¿cómo nos estamos manifestando?, podemos opinar, ¿pero cuál es nuestra forma de referirnos a los demás?, podemos aspirar a otras posibilidades de gobierno, pero ¿la forma es, con una crítica que nada bueno reconoce?. Ahora nos preparamos para elegir a quienes en nuestros municipios nos representarán. A quienes aspiran a este noble servicio público, les pedimos que en las próximas semanas quisiéramos escuchar proyectos realizables y no descalificaciones personales, quisiéramos oír sueños posibles y no ácidas críticas que llevan muchas veces a desconfiar del mundo político. Pedimos al Señor nos conceda la gracia de vivir esta etapa de nuestra historia con altura de miras y generosidad.
Como chilenos reconocemos el avance que hemos logrado como país. Es la suma de muchas voluntades y de acertadas políticas que en el tiempo se han dado, lo que nos permite gozarnos en esta realidad. Sin embargo vemos que hay descontento. Nuestros jóvenes quieren tener posibilidades ciertas de desarrollo equitativo; muchas comunidades desean ser escuchadas y valoradas; todos quisiéramos vivir más en paz, pero a veces pareciera que la violencia nos supera. Nosotros tan amantes de la libertad, vemos como a diario tantos jóvenes nuestros caen esclavos de la droga y familias desechas por sufrir este flagelo si hasta la creación pareciera gemir con dolores de parto como dice la escritura, porque no la hemos sabido cuidar y porque corremos el peligro de no asegurar una buena casa para las nuevas generaciones. En este Chile que nos alegra, hay todavía mucho que ha de preocuparnos y llevarnos a una revisión, de qué estamos de verdad haciendo para revertir estas condiciones que nos apenan. En esta tarea las autoridades tienen una primera responsabilidad, pero son cosas que también a todos nos atañen y en la cual debemos trabajar y aportar para sus adecuadas soluciones.
Entre los descontentos a nivel país, hemos de tener en cuenta también los descontentos y las demandas que la comunidad Loína ha manifestado. Calama ha tenido en este aspecto una presencia a nivel nacional, que nos enorgullece por la forma en que ella se ha dado. Hoy en Chile se sabe de las necesidades de Calama, Chile sabe que si bien esta es una tierra de posibilidades también es una tierra que tiene muchas necesidades para lograr un buen nivel de vida para su gente. Nos alegran las cosas que se han logrado. En Calama vemos un crecimiento y desarrollo que no podemos negar, varios proyectos se van realizando; sin embargo es una verdad tan grande como el desierto, el hecho de que habiendo salido de esta tierra, gran parte de la riqueza nacional, tengamos todavía tantas necesidades que necesitan ser atendidas. Calama necesita de una especial atención, y animamos a todas las autoridades y a la comunidad toda a seguir trabajando en un espíritu de comunión para alcanzar aquellos recursos que hagan de nuestra ciudad un lugar donde querer vivir, donde querer quedarse.
Hermanos y hermanas: hace unos días celebraba las Fiesta Patrias en Ollagüe, sin duda no deja der ser emociónate celebrar estas fiestas ahí, en un lugar donde termina Chile y donde un grupo de hermanos hace Patria. Toda esta provincia de El Loa, tiene cosas que la hacen única respecto al resto del país. Quisiera también en este aspecto recordar la presencia de tantos migrantes que no podemos desconocer. Esta zona es hoy no sólo atractiva para los chilenos sino también para tantos que llegan de otros países, aquí tenemos todos los Loínos una tarea para saber acoger e integrar a quienes de lejos llegan. En este aspecto quisiera motivar a todos, cuando ya se acerca el tiempo en que las negociaciones de Chile y Perú en el Tribunal Internacional de La Haya, se vayan haciendo públicas, a que el trabajo de los gobiernos y diplomáticos vaya apoyado desde Calama por el trabajo de todos los que aquí vivimos, mostrando una verdadera fraternidad y respeto con los hermanos peruanos que aquí han llegado a trabajar y vivir. Estoy cierto que este respeto manifestado por ambas partes va contribuyendo a que los países hermanos vayan encontrando los caminos de unidad y respeto verdadero.
Estimados amigos: la mayoría de los que aquí estamos presentes nos decimos creyentes y cristianos. El don de la fe que hemos recibido ha de llevarnos a ser los mejores ciudadanos. Un antiguo escritor cristiano del siglo II decía que: “lo que el alma es para el cuerpo son los cristianos para la sociedad”. Sí, seamos aquellos que damos vida, que animamos, seamos de aquellos que incluso damos nuestra vida con el esfuerzo de cada día, para la grandeza de Chile, para la grandeza de Calama.
Dios sea bendito.
† Guillermo Vera Soto
Obispo de Calama
