La palabra LIBERTAD dicha en cualquier idioma o circunstancia evoca simpatía y adhesión.
“Yo te nombro libertad”
Y no puede ser de otra manera. Hay tantos hombres y mujeres que a lo largo de la historia de la humanidad se han comprometido con la referida “libertad” y por esto han afrontado grandes dificultades, persecuciones e incluso la muerte.
Tantos hombres y mujeres han muerto defendiendo no al concepto sino la realidad de la libertad, ya sea social, política, religiosa, científica y en tantos otros ámbitos donde la liberta no se sentía cómoda o no se le dejaba espacio.
Me refiero ciertamente a la LIBERTAD y no al libertinaje que si deshumaniza, igual que cualquier opresión que ofende a la verdadera noción de ser humano.
“Benedicto XVI, hace unas horas proclamaba en Beirut: Denuncio la droga, el dinero, la pornografía y el uso equivocado del internet como refugio en un mundo paralelo”
Por esto es tan comprensibles que el 18 de Septiembre de 1810,
constituida la Junta Nacional de Gobierno la fiesta fuera en Santiago, tan larga, casi como esta del 2012. Se daba en el pueblo una intuición que algo grande se gestaba y que nadie podría detener. La libertad se crea sus propios caminos.
Jesús afirma que la verdad os hará libres.
Hoy hemos sido convocados a celebrar, a agradecer los 202 años de vida independiente de toda tutela extranjera.
La Iglesia, nuestra Iglesia que ya de antes acompañaba al pueblo de Dios en Chile, responde a la solicitud de José Miguel Carrera, en el primer aniversario que agradezca en oración por los logros de esta pequeña nación del fin del mundo y que un Papa, describió como un jardín florido mirando hacia el mar.
En Antofagasta no había nada ni nadie aún….
Hay tanto que agradecer…su gente, sus jóvenes, su clima, paisajes, lo que producimos, la fe y confianza en Dios…que se ha convertido esta región en tierra de oportunidades.
No es ilusa la Iglesia a la que nada humano le es extraño, tanto que Paulo VI en las Naciones Unidas dijo que “la Iglesia es experta en humanidad” y esta experiencia vital hace que reconozca que tenemos fallas y pecados en nuestra historia y también --- y cómo lo hemos experimentado con dolor --- en nuestra misma comunidad eclesial y en sus propios sacerdotes.
Esto hace que esta oración tenga un ingrediente de una profunda gratitud a Dios y por otro lado un arrepentimiento de lo que hemos hecho mal, que ha dañado a nuestro prójimo o en sus derechos, en su dignidad.
Frente a Chile podemos tomar muchas posturas, opiniones, sueños, esperanzas.
Nosotros como Iglesia Católica reconociendo todo lo anterior, queremos fijar su atención en los jóvenes.
Ya han escuchado que la palabra clave de esta acción de gracias es “joven”.
La primera lectura mostraba un dialogo entre Dios y el profeta Jeremías que no quiere cumplir con su misión y pone como excusa su juventud….
Soy casi un niño dirá, soy muy joven, nadie me hará caso. La respuesta de Dios a un joven es hermosa “No digas soy muy joven”…. “yo te envío y pongo en tu boca mis palabras”.
El salmo confirmó esta esperanza del joven en la ayuda de Dios al decir “porque tú señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud”
Y es el Evangelio el que nos hace posible oír a Jesús mismo.
Es el Evangelista Marcos quién nos narra un milagro del Señor.
Jairo, hombre religioso tiene una hija agonizando.
Pronto la declararon muerta y la recomendación: no molestar al Maestro.
Jesús igual la resucita.
Recordaran que este texto eligió el papa Juan Pablo II en el Estadio Nacional. Yo estaba ahí.
Con un estadio repleto de Jóvenes, nos llamó a mirarlo a EL!!
Hoy nuestro templo Catedral, complacido de la presencia de todos ustedes y muy especialmente de los jóvenes de parroquias, de colegios, de movimientos, nos alegra, nos llena de esperanza de esta juventud que en medio de una cultura hedonista, consumista y secularizada, toman la bandera de Cristo, que es bandera de paz, de justicia, de solidaridad, de búsqueda de fe, de confirmar su fe.
¡Cuánto agradecemos a Dios por la juventud que tenemos!
Para la Iglesia, los jóvenes no son un problema, sino una solución son una esperanza cierta de que los más mayores no trabajamos en vano, sino están tantas manos para tomar con responsabilidad la Cruz de Cristo y mostrarla como instrumento de salvación no solo a los jóvenes, sino a los mayores, a todo el mundo.
Es el año de la fe, es el tiempo de la Misión Juvenil de América Latina y el Caribe.
Dos propuestas monumentales para nuestros jóvenes de hoy.
Como Iglesia queremos mostrarles valores, canales para entregar sus deseos de una sociedad más justa, más humana, más cerca de Dios.
Queremos formar jóvenes como lo dijo Benedicto XVI. En el Líbano:
“Jóvenes sin la esclavitud de la droga, del alcohol, del dinero, del consumismo, libres como Cristo, los quiero para construir una sociedad distinta”.
Hoy nos acompañan muchos jóvenes. Quiero y trabajo para que nuestros recintos sean siempre los más seguros, los más acogedores y los más fraternales para cada joven y su proyecto de vida.
Jesús nos deja de pie, nos sana, nos hace caminar, no hay lugar para el cansancio.
La Iglesia del futuro será lo que Ustedes, jóvenes quieran como sea la Iglesia del siglo XXI y siguiente.
No vivimos, como la mujer de Lot que por mirar atrás quedo convertida en sal.
Este acto cívico-religioso ya bicentenario, está siendo una escuela donde aprendan nuestros jóvenes a amar Chile. Que puedan unir este amor a Chile, con su fe en Cristo que tanto amó a su tierra que la recorrió, la admiró y contribuyo a sanar sus dolores, a quitar su hambre y secar sus lágrimas.
Ustedes jóvenes, tan queridos de Jesús están llamados a hacerlo a El presente en el hoy de Chile.
Ustedes jóvenes se han hecho sentir con fuerza, a veces con violencia, temas de urgente atención por parte de nosotros y que habíamos descuidado los adultos.
Estamos dando gracias a Dios por Chile. Por su gente, por sus grandes realizaciones.
Estamos pidiendo perdón por no tener un país más fraterno, justo, pacífico.
Detrás de este deseo, hay personas que han dado su vida porque Chile sea un pueblo fraterno.
El último en dar su vida por este ideal de Chile fue hace unos días en Santiago el cabo 2do. Cristian Martínez Badilla, QEPD. El Papa nos enseñaba que “ No se puede permitir consentir que el mal triunfe por la pasividad de los hombres de bien”
Estamos aún lejos del ideal, pero es posible lograrlo.
Jesús en nuestro maestro, nuestro único salvador.
Hoy agradecemos, autoridades y pueblo de Dios lo que ha sido bendición para Chile y para Antofagasta, “tierra de oportunidades”
El Señor será misericordioso frente a nuestros errores y nos dará nuevas oportunidades.
Rogamos a la Virgen María, bajo la advocación del Carmen, que interceda por Chile, por sus hombres y mujeres y muy especialmente por nuestros jóvenes que hoy más que nunca los ponemos bajo su manto de madre, acogedora.
Virgen del Carmen
Virgen del Norte y del Sur
Del mar y la cordillera
Ruega por nosotros pecadores
Ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
† Pablo Lizama Riquelme
Arzobispo de Antofagasta
