Vicaría Episcopal para la Educación: un nuevo desafío para la Diócesis de Chillán

Entrevista con el padre Juan Carlos Cortez

Vicaría Episcopal para la Educación: un nuevo desafío para la Diócesis de Chillán

La Iglesia Diocesana de Chillán fortalece su compromiso con el mundo de la educación en la provincia de Ñuble.

Jueves 22 de Marzo de 2007
Con una estructura armada y en rodaje se encuentra la Vicaría Episcopal para la Educación de la Diócesis de Chillán, creada a fines del año pasado como respuesta a la necesidad de una nueva instancia dedicada a la orientación, animación, planificación y evaluación de la acción pastoral de la Iglesia en el ámbito de la educación.

La nueva vicaría para el área, que además espera prestar servicios de orientación en materias técnico-pedagógicas desde la vereda de la visión cristiana de la educación, se abocará a un trabajo enfocado inicialmente en cuatro líneas de acción: la identidad de la educación católica; la dimensión misionera de la educación; la Iglesia y la educación superior; y servicios y perfeccionamientos para agentes vinculados al mundo de la educación.

La primera línea de acción, indicó el padre Juan Carlos Cortez, Vicario Episcopal para la Educación, está concentrada en la búsqueda de identidad para la educación católica y tendrá un especial interés por la atención de los colegios católicos y de todas las instancias y grupos humanos que los integran: alumnado, padres y apoderados, profesores, administrativos y otros.

La línea de acción en la dimensión misionera de la educación se abocará principalmente a la presencia de la Iglesia en la educación no confesional: apoyando a los católicos que evangelizan en dichos ambientes y realizando una labor de profundización en la fe entre quienes no comparten nuestras creencias o simplemente están alejados.

En el ámbito de la educación superior, indicó el padre Juan Carlos Cortez, se quiere coordinar las pastorales católicas que existen y apoyar la creación de estas instancias en las universidades e institutos que han ido llegando a nuestra diócesis.

En cuarto lugar está la línea de servicio y perfeccionamiento, donde se espera profundizar el trabajo que venía desarrollando la Fundación de Servicio y Perfeccionamiento y Capacitación para la Educación Católica (SEPEC), con validación ministerial de los cursos cuando sea necesario.

Por otra parte, en este Departamento de Servicio y Perfeccionamiento se espera contar con un equipo de apoyo pastoral, y un equipo de comunicaciones y relaciones públicas.

Finalmente, el sacerdote señaló que los cuatros departamentos que se conformen al interior de la Vicaría Episcopal para la educación contarán con un coordinador laico y un sacerdote diocesano que prestará asesoría en los grandes lineamientos pastorales.

Saludo al mundo de la educación

En otro ámbito, un saludo de respaldo y amplio reconocimiento a quienes participan de la “hermosa misión de educar” hizo el vicario episcopal para la educación, padre Juan Carlos Cortez, mediante una carta abierta, hecha pública a inicios de semana, y dirigida a todos quienes conforman las comunidades educativas de la Diócesis de Chillán.

En su misiva, el vicario señala: “Después de finalizar este período de reparador descanso; todos ustedes –que conforman y le dan vida a los colegios y liceos–, se aprestan a entregar lo mejor de sí, para responder a la hermosa y fundamental misión de educar.

Ustedes –alumnos(as), profesores(as), padres y apoderados, cuerpos directivos y personal administrativo, paradocente y auxiliar–, enfrentarán en conjunto nuevos desafíos y tareas para hacer de nuestros colegios y escuelas, espacios de reflexión, de aprendizaje, de convivencia solidaria y fraterna, inspirados en el Evangelio de Jesucristo.

Desde la recientemente conformada Vicaría Episcopal para la Educación, les expreso mi convencimiento interior de la importante labor que todos los actores educacionales desarrollan, para la formación integral de los alumnos(as). Que todo nuestro ser y actuar, que todas nuestras actividades y proyectos, que todas nuestras actitudes y sueños, tengan «lógica pedagógica», es decir, que nunca olvidemos que «en un colegio todo y todos educan».

“Me uno a cada uno de ustedes, en un fraternal abrazo y en mis mejores deseos por hacer de nuestros lugares de trabajo un ambiente propicio, donde promovamos no sólo la excelencia académica, sino también la excelencia humana y cristiana, es decir, que descubramos nuestra dignidad de personas y de hijos de Dios, para servir mejor.”

Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 22-03-2007