Participaron mas de 300 asambleístas en el Colegio Seminario Padre Alberto Hurtado.
La jornada de este sábado 7 de mayo, se desarrolló la Asamblea Eclesial Diocesana convocada por la Diócesis de Chillán. En total participaron más de 300 asistentes, representantes de parroquias, movimientos pastorales y comunidades escolares de Ñuble, quienes se congregaron en el Colegio Seminario Padre Alberto Hurtado para realizar un trabajo sobre la base del proceso de discernimiento que comenzó la iglesia hace ya algunos años.
El trabajo se dividió en varios momentos. Tras la presentación y bienvenida, se conformó una treintena de grupos que trabajaron sobre los documentos emanados del proceso de discernimiento, para enfocarlos ahora desde una perspectiva sinodal. Este momento dio paso a un espacio de conversación en donde el obispo de Chillán, padre Sergio Pérez de Arce, abordó la situación de la Diócesis en estos últimos tres años, sin dejar de hacer un repaso por los casos de abuso, todos resueltos canónicamente.
Los asistentes de la asamblea siguieron con atención esta intervención y más tarde tuvieron la oportunidad de hacer preguntas, reflexiones y dar a conocer sus inquietudes.
Respecto de la asamblea, el obispo dijo que “estamos contentos de reencontrarnos. Esta asamblea tiene su historia y es un momento importante para mirar y planificar la Diócesis. Estamos haciendo un camino de discernimiento, de búsqueda de la voluntad de Dios; venimos haciendo camino, pero nos queda aún.
La iglesia siempre tiene que buscar su renovación, su reforma, la actualización y estamos poniendo los esfuerzos en elegir algunas prioridades pastorales para promover la vida de nuestra iglesia”.
“Y para esto no estamos partiendo de cero. El horizonte que nos da el Papa y el documento preparatorio del Sínodo nos entregan algunas claves como la Comunión, la Participación y la Misión. Son tres dimensiones de nuestra vida pastoral y a partir de ellas y de lo que el Señor nos va diciendo, esperamos clarificar que objetivos tenemos por delante”, indicó.
El obispo recordó que, para llegar hasta aquí, hubo asambleas parroquiales y procesos sinodales que han hecho los grupos de iglesia, por lo que hay mucho material y propuesta. “Sintetizamos eso y las prioridades están definidas. En el documento que se les entregó a los participantes, hay una dimensión que tiene que ver con la renovación de estructuras que nos ayuden a la conversión y a la participación (parroquias, grupos, comunidades, movimientos). Luego hay un área de renovación pastoral en muchos campos (trasparencia, verdad, acogida, apertura a las personas); y campos específicos, jóvenes, pastoral rural, el cuidado de la casa común. También hay agentes pastorales que necesitan de mayor cuidado, el sacerdote, la mujer y los laicos en general”, resumió.
Por su parte, el vicario pastoral de la Diócesis, padre Luis Flores, destaco la asistencia a la jornada. “La participación comenzó antes, con las asambleas parroquiales y con la misa sinodal de diciembre pasado, por lo que ya se generó ambiente. Es la primera asamblea post pandemia y aunque había algunas aprensiones, esperábamos 250 personas que era el ideal, pero llegamos a más de 300. Estamos contentos no tanto por el número, sino porque todos los que vinieron habían tenido una experiencia sinodal previa”, dijo.
Asambleístas
Rosita Saavedra, representante de la Comunidad Franciscana de Chillán, precisó que “para nosotros ha sido maravilloso asistir por primera vez a la asamblea diocesana, y poder compartir con el resto de la comunidad. Nosotros nos preparamos hace más de un año para este proceso de sinodalidad e iglesia en salida. Vemos como problemas el clericalismo, en donde el sacerdote no es el que decide y en este sentido, todos los laicos debemos tener más participación; la iglesia tiene que mejorar eso y confiar más en el laicado”.
Marcela Sepúlveda, de la Parroquia Nuestra Señora de El Carmen de Portezuelo añadió que “ha sido muy interesante participar de esta asamblea. Somos de muchos lugares dando distintas opiniones sobre la iglesia y ha sido gratificante darse cuenta de la forma en que las comunidades manifiestan la fe. Hay una necesidad de querer tocar puertas y corazones, sobre todo ahora con la pandemia, cuando mucha gente se ha cerrado”.
Por último, David Morales de la Comunidad El Buen Pastor de Chillán señaló que “esta es mi segunda asamblea. Es una experiencia bien importante y muy motivacional, sobre todo para los jóvenes que se han alejado. Yo creo que los jóvenes no regresan a la iglesia tras los sacramentos porque no hay nada más que ofrecer. Me encantaría que esto mejorara”, indicó.
La actividad terminó con una eucaristía en donde participaron todos los sacerdotes asistentes, además de los diáconos permanentes que llegaron hasta la Asamblea Diocesana 2022.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 07-05-2022