Monseñor Bernardo Bastres cumplió un año al frente de la Diócesis de Punta Arenas
De su primer año como pastor, se mostró muy contento de poder entender mejor a la iglesia de Magallanes.
Con la emoción de sentir la cercanía y el acompañamiento de un pueblo que comparte su camino, el obispo de Punta Arenas, monseñor Bernardo Bastres Florence, celebró el domingo su primer año como pastor de la iglesia magallánica.
Con humildad, en la Eucaristía celebrada en la iglesia Catedral, manifestó que “he tratado de aprender, debo cambiar mi manera de servir a la iglesia y confieso públicamente que no me ha sido un año fácil, en el sentido que hay que adecuarse a una nueva realidad y entender esta nueva realidad”. El Padre Obispo destacó sentirse bien al ver “que estamos en una iglesia viva, que la gente quiere construir la iglesia”.
Resaltó la acogida y el cariño recibidos, junto con descubrir rasgos tan propios como una “fuerte alma magallánica” y lo pujante de esta región: “la manera de enfrentar la vida tiene mucho que ver con el clima y el contexto geográfico, que determinan mucho nuestra forma de ser. Llama la atención cuando uno viene la primera vez llegando, después de muchos años del norte, que se ven más banderas de la región que banderas chilenas, y eso creo identifica un poco el vivir acá, el bien de este lugar y el futuro de este lugar”.
Asimismo, el hecho que aquí todos se conozcan ayuda a formar un ambiente de más fraternidad y menos tensión, “y tal vez sea una contribución de los colegios de iglesia en Magallanes que hay poca tensión social, porque ha sido posible aquí que hayan estudiado juntos chiquillos de diferentes situaciones sociales”.
Juventud y Vocaciones
Las prioridades de su trabajo pastoral, es atender mejor a los jóvenes de hoy: “los chiquillos han cambiado y debemos estar atentos para acoger lo que decían los obispos en la última declaración de la Conferencia Episcopal; que es peligroso que la gente piense que la nueva Ley de Responsabilidad Juvenil viene a solucionar todas las cosas en lo punitivo, cuando tenemos que hacer todo el trabajo de lo preventivo, del tratar de llegar antes a los chiquillos. Y ahí hay un desafío para la iglesia chilena y, por cierto, para la magallánica”.
Otro desafío es tener capacidad para poder detectar las vocaciones, al requerirse de nueva gente para continuar la labor sacerdotal y religiosa. Consultado por los altos índices de violencia intrafamiliar (Vif) en la región, Bastres indicó que tal vez el clima determina que haya muchas cosas que se viven al interior de una casa, “y cómo se viven al interior de la familia se comunican poco hacia afuera”.
Coincidió que otro problema que se vive en la región, por vivir muy encerrados, es el alcoholismo. Sin embargo, instó a ver estos porcentajes a la luz del resto del país, y a “tratar de acotar las cosas para ver la globalidad y determinar cuál es el lugar que ocupan”.
Fuente: Comunicaciones Punta Arenas
Punta Arenas, 24-04-2007