Compartimos con ustedes una preocupación que como Iglesia venimos recogiendo a lo largo de Chile y que hacemos nuestra.
1. Percibimos que los principales clamores sociales que se expresaron desde el 18 de octubre han sido desplazados en las prioridades de quienes toman las decisiones en Chile. Han transcurrido casi cinco meses y el despertar de Chile no ha sido atendido con la celeridad y efectividad que se esperaba en asuntos tan graves como la injusta distribución del ingreso, los precarios empleos, sueldos mínimos y pensiones, las urgentes necesidades de acceso a la salud, la justa valoración de la mujer en la sociedad y la protección de los grupos más vulnerables, entre otros temas.
2. Compartimos el razonable malestar de la gente respecto del rol que las autoridades, los legisladores y los dirigentes políticos y sociales están asumiendo frente a estos dramas. No se entiende por qué las necesarias correcciones que se prometen no avanzan con la rapidez anhelada. Decepciona el nivel del debate político en el que, con permanentes descalificaciones, los intereses particulares y sectoriales frenan acuerdos y logros que ayudarían al bien común. Chile exige un diálogo fecundo en un contexto de amistad cívica.
3. Los episodios de violencia, que siempre perjudican a los más pobres y vulneran los derechos de las personas, se repiten y mantienen en diversos puntos del país, generando un clima de miedo e incertidumbre que nos hace un grave daño. No podemos dejarnos vencer por esta espiral de violencia y terror. La democracia es un bien que todos tenemos que cuidar. Por eso, les invitamos a prepararse con serenidad y confianza para participar con su voto en el próximo plebiscito y hacer valer su opinión escogiendo entre las legítimas opciones que se presentan. Para que nuestro voto sea informado es necesario conocer, reflexionar y discernir a nivel personal, familiar y comunitario. Con ese fin hemos puesto a disposición en el sitio web iglesia.cl unas fichas elaboradas por la Comisión Nacional Justicia y Paz. Estas fichas
“Participación ciudadana, un compromiso con la justicia y la paz”, buscan ayudarnos a comprender lo valioso que es estar presente y participar en todas las decisiones importantes del país.
4. Les invitamos a no tener miedo y renovar nuestra esperanza en Jesús en este tiempo de Cuaresma que mira a la Resurrección del Señor. No nos dejemos llevar por la desesperación y el fatalismo. Sigamos orando a la Virgen del Carmen por Chile, por la paz y la justicia, que son los pilares de una sociedad que pone en el centro la vida y la dignidad de la persona y la promoción del bien común.
EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE
Santiago, 12 de marzo de 2020.