En la capilla Santa Gema de Estación Paipote se celebró la misa fúnebre del sacerdote Juan Mánquez, fallecido el pasado 31 de agosto en Osorno, donde era párroco de la parroquia Sagrada Familia, de Río Negro.

Los restos mortales del p. Juan se trasladaron hasta Copiapó, donde vive su familia, para descansar en su ciudad natal. La misa de exequias congregó a la familia y amigos del sacerdote, y fue presidida por el Obispo, Monseñor Ricardo Morales. Lo acompañaron el Administrador diocesano de la diócesis de Osorno, p. Cristian Cárdenas, sacerdotes del presbiterio de Atacama y diáconos.

En la homilía, el obispo expresó que los talentos se nos regalan no para nosotros mismos sino para los demás. Dijo: “Providencialmente, este texto acompaña la despedida del padre Juan, en él el Señor puso muchos talentos, muchos dones, y esos dones no se quedaron encerrados en él; muy por el contrario, los puso siempre a disposición de los demás”. Dijo que el padre Juan “fue un buen pastor, un buen sacerdote, que vivió la palabra del Señor total y completamente”, señalando que “la prueba más evidente de eso es que hoy están ustedes acá”, refiriéndose a las personas que llegaron hasta la capilla para acompañar al sacerdote, su familia y amigos, “siendo testigos de lo que el padre Juan sembró”. Contó que vio los muchos comentarios en redes sociales cuando se publicó la noticia de la pascua del sacerdote, destacando uno que reconocía cómo el padre Juan se preocupó de alentar y acompañar a las personas en Osorno durante la pandemia. “Gracias, Señor, por habernos regalado a un hombre como el padre Juan, -agregó don Ricardo- un hombre de esta tierra de Atacama, que ahora vuelve a su tierra, pero no vuelve como partió, sino que vuelve con sus frutos, que son ustedes”. También manifestó que “se va un hombre joven que aún tenía mucho que entregar, pero frente a eso el Señor tiene la última palabra, y cuando el Señor nos llame, tenemos que tener la vida siempre enfocada a los demás”. Relató una ocasión en que fue a visitar a un sacerdote que estaba convaleciente en Santiago, y se encontró con el p. Juan, que estaba a su lado, solícito, ayudándole y cuidándolo. “¿Cómo no va a ser eso expresión de hacer vida el evangelio?”, preguntó, y destacó que el padre Juan “vivió la espiritualidad de los oblatos diocesanos, la oblación, la entrega total”.

El p. Juan nació en 1963 en Copiapó. Vivía en Osorno desde el año 2006, luego de hacer su formación sacerdotal en el seminario Santo Cura de Ars de La Serena. En Osorno trabajó en la vicaría pastoral, fue párroco de distintas comunidades, además de Decano del Decanato Cordillera, y miembro del consejo del Colegio de Consultores y del Consejo Presbiteral. Su repentino deceso se produjo el 31 de agosto por complicaciones de salud.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 05-09-2023