Autoridades civiles, militares y de orden, junto a la comunidad de Antofagasta oraron por la Patria.
“En este año, la conmemoración de los 50 años del quiebre democrático ha sido un telón de fondo para poder reflexionar sobre nuestra historia reciente, en perspectivas del presente y, sobre todo, del futuro. Lamentablemente, por una parte, los importantes esfuerzos desplegados por construir un ambiente de memoria no han encontrado el necesario eco de respeto y mínimos consensos en la sociedad civil. Y, por otra, la violencia es un camino que sigue seduciendo a grupos minoritarios, pero inmensamente dañinos a las causas nobles de la justicia y la paz”, mencionó Mons. Ignacio Ducasse Medina, Arzobispo de Antofagasta.
En la celebración del tradicional Te Deum, estuvieron presentes, autoridades civiles, militares y de orden; junto a sacerdotes, religiosos, religiosas, personal consagrado y la comunidad en general.
Ocasión en que Mons. Ducasse, expresó: “La libertad, desde Cristo, es capacidad creativa del amor. Por eso con certeza podemos afirmar que no existe amor posible sin libertad. La creatividad del amor hace que la relación humana sea siempre una novedad y sorpresa. Cuando realizamos nuestra libertad como expresión de amor, entonces ella despliega su identidad más original y su horizonte creativo que articula su relación con otras libertades, siempre situadas en el respeto a la vida, la dignidad y la libertad de cada persona, es decir, de cada hermana y cada hermano.
Asimismo, agregó que: “desde una visión humanista y cristiana, no hay libertad posible de invocarse cuando se trata de agredir o violentar a los demás, o de avasallar imponiendo visiones unilaterales. La libertad singularizada por el amor necesariamente presupone la justicia, porque no es libre quien presume de todo aquello que dispone frente a las carencias de los pobres, marginados y excluidos”.
“La libertad requiere de una mirada a los ojos, honesta y transparente, unos a otros. Debemos llamarnos por nuestros nombres verdaderos, para aprender de nuevo a ponerle nombre, forma, colores y fondo a la ciudad que soñamos, al país que buscamos. Sólo en un diálogo franco y respetuoso podremos volver a cimentar pilares sólidos sobre los cuales edificar un país y una región que progrese a escala humana, poniendo en el centro la dignidad de las personas y el bien de los más vulnerables”, manifestó el Arzobispo de Antofagasta.
Finalmente, Mons. Ducasse señaló: “para que el sacrificio de las vidas arrebatadas ayer y hoy tenga un sentido… para que las luchas de personas buenas y generosas ayer y hoy no sea en vano… de la verdad de nosotros aportemos lo mejor para el nuevo Chile. Nuestra libertad se construye desde el amor. Por el bien común en una sociedad mejor, que nadie se reste a este empeño y busquemos todos ser una ‘copia feliz del Edén’. Nuestra libertad se construye desde el amor. Por el bien común en una sociedad mejor, que nadie se reste a este empeño y busquemos todos ser una copia feliz del Edén”.
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Fuente: Arzobispado de Antofagasta
Antofagasta, 18-09-2023