Junto al obispo Carlos Godoy Labraña, los cristianos católicos dieron testimonio de su fe caminando unidos, desde el frontis de la Iglesia San Francisco, pasando por la Gobernación y el edificio municipal, hasta llegar a la Catedral San Mateo apóstol, donde además rezaron el Santo Rosario con motivo del Mes de María, y en espera de la celebración de la Fiesta Eucarística.

Durante el trayecto de la procesión, los fieles se detuvieron en cuatro estaciones para hacer oración especialmente por alguna intensión: el grupo Jóvenes Sin Fronteras de la parroquia San José pidió por la paz; los niños, niñas y jóvenes acólitos de distintas comunidades parroquiales, hicieron oración por el caminar juntos, y el obispo de la Diócesis de Osorno.

En un tercer momento, los peregrinos guiados por el grupo de Jóvenes Verbitas hicieron oración por Chile; y antes de ingresar al Templo Mayor, el Grupo Escoge de la parroquia San Leopoldo Mandic, acompañado por los peregrinos, pidió especialmente por el Buen Trato.

Al finalizar la procesión el obispo animó a los presentes a “dejar que Cristo reine en nuestros corazones, en el corazón de nuestras familias, en el corazón de la sociedad, de nuestra ciudad, y de nuestras comunidades”, e instó a pedirle al Señor que a “cada uno de nosotros, nos haga reinar en el mundo, reinar desde el servicio, desde la entrega, desde la donación de nosotros mismos, en definitiva, desde nuestro amor”.

También cabe destacar que la celebración eucarística, preparada y guiada por la comunidad Cristo Rey, fue concelebrada por el Vicario general, padre Cristian Cárdenas; el padre Américo Vidal, presidente de la Comisión Central de la Misión Diocesana; el delegado para la Pastoral, padre Felipe Fernández; el padre Patricio Sánchez, párroco de la parroquia Sagrado Corazón; el padre Juan Francisco Jofré, párroco de la parroquia San José; el párroco de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, padre Juan Delau SVD, y el padre Bernardo Werth.

Estuvieron presente, además, los diáconos Juan Carlos Cayún y Juan Carlos Mardones, quienes sirvieron en el Altar, y algunas congregaciones femeninas en la asamblea; las Religiosas de Santa Marta, las hermanas Hijas de San José de la Infancia y las hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús, entre otras.

Obispo Carlos en su homilía: "Nuestra Vocación es el amor"
El Pastor de la Diócesis de Osorno reflexionó en torno al Evangelio (Mt 25, 31-46), y dijo que, “El reinado de Jesús acontece en la vida de los que aman al pobre y le ayudan en su necesidad”. También señaló que “Jesús reina ya en cada uno de los que se someten a su lógica, que no se impone con prepotencia, que se abraza con corazón de niño, de forma sencilla y simple”, y preguntó: “¿Cómo podemos avanzar en la lógica de Jesús, en su modo de proceder?”, y en respuesta a estas interrogantes, destacó cuatro modos de proceder:

Primero; “Orando. La oración permite familiarizarse con Jesús y sus opciones”, aseguró y dijo que es fundamental “no perder la oportunidad de preguntarse al final del día ¿cuántas veces me visitó hoy el Señor? Es la pregunta que se hacía todos los días el padre Hurtado en su examen de conciencia ¿cuántas veces vino a mi encuentro el Señor en este día? En cada situación, en cada persona, en cada uno de nosotros”. Instó además a preguntarse “¿cuánto tiempo para la oración dedicamos en el día? ¿cuánto tiempo de intimidad con el Señor dedicamos? Sobre todo, si nos hacemos conscientes de que la oración nos permite avanzar en la adhesión en la lógica del Maestro”.

Segundo, "Siendo asiduos al Sacramento de la Reconciliación y de la Eucaristía”, aseguró y añadió que “los sacramentos nos dan la fuerza para subir la montaña de la Santidad, dice el Papa Francisco, que siempre implica un esfuerzo, pero que el impulso lo da el Espíritu Santo”.

Entonces, señaló que de vez en cuando es bueno cuestionarse: “¿Hace cuánto que no me confieso? ¿Hace cuánto no me reconozco necesitado de la Gracia y de la Misericordia de Dios? ¿Cómo preparo mi Eucaristía? ¿Cómo preparo la Santa Misa?”

El tercer modo de adhesión a la lógica del Señor es “La vida comunitaria. Los otros nos confrontan y normalmente nos ayudan a salir de nosotros mismos, a interesarnos por problemáticas y vivencias que están fuera de nosotros. Caminar juntos hace tanto bien. Nos ayuda a tomar conciencia de que no nos salvamos solos, que nos necesitamos unos a otros, y que podemos unir fuerzas en el propósito de edificar una Iglesia más fiel a Jesús y a su proyecto”, afirmó.

Agregó también algunas preguntas: “¿Cómo es mi vida comunitaria? ¿Me doy espacios y tiempo para compartir con otros, para dejarme edificar también por otros?”.
“El ejercicio de la caridad”, es el cuarto modo de adherirse a la lógica de Cristo, aseveró el obispo Carlos y explicó que: “Ejercitarnos en la caridad, es ejercitarnos en el modo de amar de Dios. En definitiva, la santidad es amar. El amor es todo, como dirá Teresita del Niño Jesús ´abarca todos los tiempos y todos los lugares… en una palabra, el amor es eterno. Nuestra vocación es el amor”.

Agregó que “si esa es nuestra vocación, entonces ¿cómo me dispongo a amar con mayor profundidad en mi vida?”, y dijo que, haciendo el bien, no devolviendo el mal por mal y jugándosela por realizar pequeños gestos que pueden “ayudar a avanzar en el camino del perdón y la reconciliación”.

Finalmente, invitó a la asamblea a recordar “siempre esto de Teresita del Niño Jesús: Nuestra vocación es el amor, hemos sido creados para amar. Amar es reinar. Pidámosle al Señor esa gracia de reinar por el amar”.

Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 27-11-2023