Mensaje del Obispo de Melipilla en la Eucaristía celebrada el Domingo 11 de febrero de 2024 con motivo de la celebración de la Virgen de Lourdes.
En su homilía, Monseñor Contreras comenzó expresando su petición por los enfermos y la correspondiente gratitud para quienes los cuidan. “Hemos vivido días de muchos sufrimientos. Los incendios en la Región de Valparaíso con más de un centenar de personas fallecidas, viviendas incendiadas, el fruto del esfuerzo de personas de trabajo reducidos a cenizas y últimamente la trágica muerte de quien fuera Presidente de Chile, don Sebastián Piñera, por quien hemos celebrado la Misa en Santo Domingo y he estado presente en las exequias en la Catedral de Santiago.”
Rememorando un viaje realizado en Julio de 1991, cuando tuvo la oportunidad de visitar el Santuario Lourdes, el Obispo de Melipilla compartió con los presentes que “en Lourdes he visto la fe de la gente que acude para agradecer, para interceder, para pedir sanación del cuerpo y del alma. Ver las peregrinaciones, a los voluntarios para atender a los enfermos, a sus familias y acompañantes.”
Junto com ello, el pastor dijo que este es el día para recordar a nuestros enfermos. "Es un día especial en que queremos como Iglesia pedir a Dios por todos los enfermos de nuestra patria, y a la vez dar gracias, porque Jesucristo es el inspirador de tantas vocaciones de servicio social en los médicos, las enfermeras, auxiliares de enfermería, personal de hospitales, de clínicas y de modestos centros asistenciales de salud.”
En párrafos cuya centralidad expresa que “servir al enfermo es servir a Cristo”, el obispo Contreras mencionó también que “salir al encuentro de la persona humana, es una vocación irrenunciable de la Iglesia, porque forma parte de su identidad más profunda. La Iglesia, en efecto, “nace del misterio de la redención en la cruz de Cristo”. Y por eso “está obligada a buscar el encuentro con el hombre, de modo particular en el camino del sufrimiento” (Salvifici Doloris, 3)."
Monseñor Contreras concluyó su homilía señalando que “María al pie de la cruz pasa a ser la madre de la Iglesia y de la humanidad sufriente y redimida: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. La Iglesia asume esta vocación de María, acogiéndola a Ella como Madre dolorosa: “Luego dijo al discípulo: Aquí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”. La Iglesia es la casa del ser humano sufriente, siempre en la compañía de la Virgen María al pie de la cruz.”
A continuación el texto completo de la homilía en pdf.
Fuente: CECh
Melipilla, 12-02-2024
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