¡El Señor resucitado les conceda su paz!

Expreso mi dolor y a la vez alegría por la Pascua del padre Gustavo Gutiérrez que tanto bien hizo a la Orden de Santo Domingo, a la Iglesia, especialmente al caminar de la Iglesia latinoamericana y a la humanidad, con su servicio teológico y amor preferencial por los pobres e invisibilizado de la sociedad, hasta los últimos días de su vida. No me cabe duda que ahora después de muerto seguirá aportando al caminar eclesial y sinodal de la Iglesia.

Doy gracias a Dios por sus aportes teológicos tan valiosos y por no dejar de interpelar con lucidez, con su reflexión y testimonio de vida, la vida de la Iglesia y de la sociedad. Nos ayudó a redescubrir que la teología fundada en el Evangelio y centrada en la persona de Jesucristo debe ser crítica y liberadora, y por lo mismo, hecha desde los indefensos y pobres.

Padre Gustavo, sencillo, discípulo de Jesús, dominico, sacerdote, teólogo y defensor de los indefensos y de la iglesia de los pobres, te pido que desde el abrazo de eternidad con el Dios Trino y Uno en quién creíste y amaste, nos ayudes para que la vida de nuestras comunidades, sean misioneras y anuncien con alegría a Jesucristo y aporten a la sociedad, haciendo posible el Reinado de Dios, llevadas por el Evangelio.

En la fe en Jesucristo que descanse en paz
Un abrazo y mi bendición.