Congregación de las Hijas de San Pablo deja la Arquidiócesis de Concepción

Congregación de las Hijas de San Pablo deja la Arquidiócesis de Concepción

La Misa de despedida fue presidida por el arzobispo de Concepción, monseñor Sergio Pérez de Arce SS.CC., junto al obispo auxiliar, monseñor Bernardo Álvarez.

Viernes 06 de Diciembre de 2024
Con profunda gratitud se vivió la Misa de despedida de la Congregación de las Hijas de San Pablo, más conocidas como Paulinas, que luego de más de 57 años dejan la Arquidiócesis de Concepción.

La Eucaristía, celebrada la tarde de este jueves 5 de diciembre en el templo Catedral, fue presidida por el arzobispo de Concepción, monseñor Sergio Pérez de Arce SS.CC., junto al obispo auxiliar, monseñor Bernardo Álvarez, y sacerdotes de diversos puntos de la arquidiócesis.

Las Hijas de San Pablo fueron acompañadas por fieles de las comunidades de la Iglesia de Concepción y religiosos y religiosas de distintas congregaciones, quienes se reunieron para expresarles su gratitud y cariño.

Gratitud y confianza
En su homilía, monseñor Pérez de Arce agradeció la presencia y la misión de las Hijas de San Pablo. Y señaló que, en medio de la tristeza por el cierre de su comunidad religiosa en nuestra arquidiócesis, “queremos reconocer la acción del Señor y alabarlo por su gran bondad”. En ese sentido, llamó a tener “gratitud y confianza en los designios de Dios”.

Tras recordar la historia de la congregación, desde su llegada en 1967 cuando los medios de la época las denominaron “las monjas de nuevo estilo” que recorrían las calles dando a conocer las encíclicas papales, destacó su servicio y colaboración, especialmente, en el ámbito de las comunicaciones y la pastoral vocacional.

También hizo alusión a mujeres de nuestra región que abrazaron la vida religiosa como Hijas de San Pablo y agradeció especialmente a Dios por tres de ellas: la hermana Rosario Contador y la hermana Josefina Berges, ambas fallecidas. Y por la hermana María Teresa Gajardo, “a quien le ha correspondido la difícil misión de cerrar la comunidad paulina en nuestra ciudad. A todas ellas infinitas gracias y una alabanza a Dios por todo el bien que han hecho”.

Dirigiéndose a las Hijas de San Pablo, pidió al Señor que las haga “siempre fieles a su llamado y que puedan comunicar con su palabra y con sus obras, hasta el último suspiro de sus vidas, la Buena Nueva de Jesús”.

Presentación de los dones
En el momento de la presentación de los dones, las Hijas de San Pablo llevaron hasta el Altar una Biblia, un cirio encendido y un micrófono, como símbolo de su misión de proclamar la luz del Evangelio por medio de las comunicaciones.

Mientras que los coordinadores de la Pastoral Vocacional, Miguel Rocha y Luz Verónica Anguita, presentaron los dones de pan y vino.

La librería permanece
La superiora provincial de las Hijas de San Pablo, hermana Julieta Stoffel, enfatizó que si bien la congregación se retira físicamente de la arquidiócesis “nuestro centro apostólico continúa prestando sus servicios a todas las personas, en nuestra librería”.

Además, expresó su agradecimiento a Dios “por todo lo que hemos sembrado a través de nuestra misión y carisma paulino. Somos religiosas que tienen una misión específica en la Iglesia: comunicar el Evangelio a través de los medios de comunicación”. En ese contexto, agregó que “nuestro fundador, el padre Santiago Alberione, decía que la librería es nuestro púlpito. Es el lugar donde también predicamos la Palabra. Entonces es un lugar de encuentro y, en este tiempo, sobre todo de mucha escucha y orientación”.

En ese sentido, explicó que “el objetivo central es que cada persona encuentre su lugar en la vida, que descubra su vocación y que pueda amar y ser feliz. Entonces hay mucha gente que se acercó en estos años a nuestra librería y pidió orientación”.

“Nosotras estamos muy agradecidas por todo lo que la arquidiócesis nos ha acompañado y nos vamos felices por lo que hemos sembrado. Hoy es un día de nostalgia y un poco de tristeza, pero también de acción de gracias. De agradecer por todo lo que Dios ha hecho a través de las personas”, enfatizó.

Con la Iglesia de Concepción en el corazón
Mientras que la hermana María Teresa Gajardo, quien desde hace algunos meses era la única de las Hijas de San Pablo presente en la arquidiócesis, agradeció la presencia de la congregación en Concepción “porque gracias a esa presencia yo pude encontrar mi vocación. Y vivir estos 43 años de vida consagrada, en la que me he sentido plenamente desarrollada y amada”.

En ese contexto, comentó con emoción que nació en esta arquidiócesis, por lo que “la Iglesia de Concepción está en mi corazón y para mí es muy fuerte, porque yo entré en esta casa, di mis primeros pasos en esta comunidad. Entonces es muy difícil el cierre de la comunidad y sobre todo por la falta de vocaciones en nuestra arquidiócesis”.

“Es difícil, pero en mi corazón hay un infinito agradecimiento, porque si no hubiesen estado las Hijas de San Pablo, no sé cuál sería en este minuto mi camino”, puntualizó.

Luego de la Santa Misa, se realizó un compartir fraterno a un costado del Aula Magna Arzobispal, en que los presentes expresaron su cariño, gratitud y buenos deseos a las religiosas de la congregación.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 06-12-2024
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