Tal como el sacerdote lo pidió en reiteradas oportunidades antes de morir, su cuerpo reposa en la tierra portezolana que tanto amó, tras más de cincuenta años de servicio al pueblo campesino de dicha zona.

Una multitudinaria despedida recibió en sus funerales el padre Ricardo Sammon O`Brien, de parte de un pueblo agradecido por su desbordante misión evangelizadora y su invaluable entrega al desarrollo sociocultural de Portezuelo, la provincia de Ñuble y el país.
El sacerdote recibió su último adiós este jueves 14 de junio, con una misa de exequias que tuvo lugar en el Gimnasio del Liceo Parroquial Nuestra Señora del Carmen de Portezuelo, luego de tres intensos días de velorio en el templo central de la comuna que acompañó por tantos años como su párroco. Previo a la eucaristía, el ataúd con los restos del Padre Sammon había sido retirado del templo y posado en el frontis, donde se cumplió uno de sus deseos póstumos: un pié de cueca con parejas de bailarines de la comuna.

Desde Estados Unidos llegaron para estar también presentes en las exequias del Padre Ricardo, algunos de sus familiares, quienes presenciaban emocionados las muestras de cariño de la comunidad en la que el sacerdote sirvió durante más de cincuenta años.
La eucaristía fue oficiada por el Obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrin Barrera, en concelebración con el obispo emérito de la diócesis, monseñor Alberto Jara Franzoy, y el pleno del clero diocesano.
En su homilía, el obispo resaltó el ejemplo misionero y apostólico de este sacerdote, entregado a la vida religiosa como miembro de la Sociedad Misionera de Maryknoll, quien nunca cesó en su opción al seguimiento de las huellas de Jesús y al anuncio de la Buena Nueva entre los pobre. “Los que tuvieron la oportunidad de compartir tantos años junto al padre Ricardo, pueden dar testimonio hoy de cómo nunca se sacó las botas del trabajo, e hizo de su vida un testimonio cargado de verdad, valentía y religiosidad”.

Con respecto a su legado, el pastor diocesano destacó la identificación de este sacerdote -oriundo de Estados Unidos- con la cultura tradicional del campo chileno, dedicándose con abnegación al impulso de diversas iniciativas culturales, de folklore religioso y de arte popular. Asimismo, se refirió a su opción preferencial por los niños y jóvenes campesinos, reflejadas en el fomento a la educación católica mediante la creación del Liceo de Portezuelo y escuelas rurales en la zona.
Por todo lo anterior, señaló que es necesario despedirnos de este cura misionero, comprometiéndonos a continuar lo que él comenzó. “Lo vemos optando por los campesinos y los pobres, y nos comprometemos a realizar los esfuerzos necesarios para seguir anunciando el año de la gracia del Señor, que pasa por el trabajo a favor de la justicia que precede a la verdadera paz. Lo vemos tomando iniciativas al servicio del mundo rural y nos comprometemos a trabajar para que se mantengan sus iniciativas, pues fortalecen nuestra identidad, frente a un mundo cada vez más materialista y sin identidad”.

Concluida la misa de exequias, el féretro con los restos del Padre Ricardo fue trasladado en “andas” por representantes de las comunidades rurales hasta el Cementerio Parroquial de Portezuelo, con lo que se cumplió otro de los deseos del sacerdote.
En el camposanto fue despedido con palabras de representantes de autoridades públicas, representantes de la comunidad de Portezuelo, el clero diocesano y su familia. Entre estas intervenciones, destacó la del gobernador de Ñuble, Ignacio Marín Correa, quien dio a conocer el último sueño del padre Ricardo Sammon, compartido hace pocos días a la Presienta Michelle Bachelet.

En dicha misiva, junto con agradecer a la primera mandataria por la Condecoración Bernardo O`Higgins, en grado de Comendador, que le fuera impuesta hace aproximadamente un mes, le solicita un esfuerzo estatal para la construcción de un nuevo Liceo para Portezuelo.
En su carta a la Presidenta, el Padre Ricardo le cuenta que “con mucho esfuerzo la parroquia se embarcó en la tarea de fundar escuelas en su territorio. Poco a poco se pudo llegar a ofrecer la enseñanza básica completa e internado que mitigaron el eterno caminar de los niños y jóvenes. Con esfuerzos sobrehumanos se logró construir en el pueblo un liceo con la enseñanza escolar científico-humanista completa agregando con el correr de los años un área técnico-profesional”. Un esfuerzo válido de la Iglesia en su compromiso de lucha por la superación de la pobreza, en colaboración a la gran tarea del Estado, expresaba en su escrito.
Sin duda, un deseo que refleja la personalidad del Padre Ricardo y su entrega al trabajo incondicional por el desarrollo de sus campesinos y el pueblo de Portezuelo.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Portezuelo, 14-06-2007