Monseñor Morales presidió la misa de exequias de la querida religiosa, que oriunda de España, vivió casi 50 años en la diócesis y falleció en Vallenar este 19 de marzo
Con una misa de exequias en la capilla Virgen Inmaculada, en Vallenar, la diócesis despidió a la hermana Inmaculada Quijano, de la congregación Hermanas Misioneras de Jesús, María y José, fallecida este 19 de marzo, tras una larga enfermedad.
La misa comenzó con una semblanza de su vida y su llegada a la diócesis desde su natal España, y las condolencias enviadas por el obispo emérito, Mons. Gaspar Quintana, y el Cardenal Celestino Aós.
En su homilía, el obispo reconoció sentirse afectado por el fallecimiento de la religiosa. Sin embargo, admiró la tranquilidad con la que ella afrontó la última etapa de su vida. Don Ricardo destacó las despedidas que Inmaculada organizó en distintos sectores, valorando que fueron una oportunidad para la comunidad de expresar el cariño, la amistad y la gratitud. También destacó la entereza y tranquilidad con que la religiosa se enfrentó a su inminente partida. “Esa fue una enseñanza hermosísima -dijo el obispo, - ella fue signo de esperanza y alegría; su testimonio nos fortalece”.
“Inmaculada fue mujer del Concilio -dijo el obispo-, “fue mujer sinodal, capaz de crear comunidad, dio voz a los sin voz”. Agregó que “ella enjugó muchas lágrimas, dio esperanza, acompañó; lo que ella nos dejó debe ser un aliciente para ser personas de escucha, de corazón abierto, de mente amplia, sensibles a lo que el mundo nos reclama”.
También resaltó el servicio de Inmaculada como enfermera. “Qué hermoso descubrir esa femineidad, dio vida; acompañó en momentos de dar a luz a muchas mujeres, las fortaleció en su esperanza, sus manos fueron benditas, cuántos niños de este valle habrán pasado por sus manos, cuántas mejillas han sido rozadas por esas manos, cuántas lágrimas de mujeres de este valle han sido enjugadas con ellas”. El obispo dijo que “Inmaculada nos reveló que Dios es madre; Dios tiene entrañas de mamá”. Invitó a recordarla como una mujer de profunda alegría y esperanza, de Concilio y de comunidad cristiana de base, “como una mujer que da vida”.
En el ofertorio se llevó al altar un ejemplar de la Constitución de la congregación religiosa, una planta, el plan pastoral de la parroquia, una arpillera hecha por Inmaculada, una bandera chilena, un computador con todo su trabajo, junto al pan y al vino. Luego también se presentó un afiche con la consigna “Agua si, Oro no”, representando la lucha de la religiosa junto a la comunidad, por defender el valle de las amenazas de empresas mineras.
Al final, en la acción de gracias, se dio lectura a una carta enviada por la familia de Inmaculada desde España. También tomó la palabra una representante de los Asociados de la congregación. También, Nury Seriche, responsable de la parroquia San José Obrero de Vallenar, donde trabaja la congregación, y la religiosa Claudia Albrecht.
Tras la oración de responso, el féretro con los restos mortales de la religiosa fue llevado hasta el cementerio municipal de Vallenar, donde reposarán en el Mausoleo del Obispado de Copiapó.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Vallenar, 21-03-2025