Un llamado a ser sacerdotes que escuchan, que son parte del Pueblo de Dios y que no temen mostrar sus heridas, hizo el obispo de Copiapó, Mons. Ricardo Morales, al presbiterio de la diócesis, al presidir la Misa Crismal, este Miércoles Santo en la Catedral.

Para esta celebración se reunieron los sacerdotes de la diócesis, y los diáconos, para concelebrar junto al Pastor, y en la asamblea se congregaron religiosas y comunidades parroquiales, llenando el templo catedral.

En la homilía, el obispo relevó la imagen del Buen Pastor como programa de vida para los sacerdotes, resaltando la importancia de la escucha. “Ser pastores que escuchan es parte constitutiva del modo de ejercer el ministerio; escuchar es una forma de amar”, dijo, agregando que también es un acto de fe, porque “creemos que Dios habla en la vida de cada persona”, por lo que el verdadero pastor “tiene el oído puesto en el corazón del pueblo”.

El obispo recalcó que los sacerdotes “somos hermanos entre hermanos” y que antes de ser un presbítero “fuimos niños que aprendieron a rezar en una familia concreta; jóvenes que descubrieron la fe en una comunidad viva; discípulos formados por otros; venimos de una historia, de una cultura, de una parroquia”, añadiendo que “un sacerdote nunca deja de ser hijo de su pueblo”.

Don Ricardo dijo que, al modo de Jesús, que no escondió sus llagas, los sacerdotes no debían temer mostrar las suyas “a Dios y a quienes caminan con nosotros en la fe”, porque “mostrar nuestras heridas no es debilidad, es humildad” y que “nos vuelven más compasivos, más disponibles”.

Finalmente, agradeció a los sacerdotes su entrega diaria, su perseverancia y fidelidad, y a toda la asamblea, pidió orar por sus pastores.

Renovación de las promesas sacerdotales
Tras la homilía, los sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales ante el obispo y los fieles reunidos. En ese momento el presbiterio reiteró su compromiso de unirse más estrechamente al Señor y al servicio al Pueblo de Dios. El obispo también invitó a toda la asamblea a rezar por la fidelidad y santidad de los sacerdotes y por él mismo. Este momento fue acompañado por la oración de la comunidad, y concluyó con el saludo del obispo a cada presbítero.

Bendición de los Óleos
Luego se presentaron los Óleos y el Santo Crisma, que se utilizarán durante el año en todas las parroquias, para los bautizos, confirmaciones y la unción de los enfermos.

Al finalizar la eucaristía, el obispo agradeció la presencia de los cientos de fieles reunidos en la Catedral, y a los equipos de trabajo que organizaron la celebración. Luego sacerdotes y diáconos salieron del templo en medio de los aplausos de la asamblea, para dirigirse al patio del obispado, donde recibieron el saludo de las personas.

La Semana Santa continúa con las celebraciones de Jueves Santo en las parroquias, cuando se recuerda la institución del sacerdocio y de la eucaristía, y se realiza el rito del lavado de los pies. El viernes se realizará la Hora Santa y los tradicionales Vía Crucis. El Sábado Santo tendrá lugar la celebración más importante de la Semana, que es la vigilia Pascual, para celebrar la resurrección del Señor.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 17-04-2025