“Era un hombre de oración y de mucha vida interior”, así describe el servita Bruno Predonzani a su cohermano de orden, Faustino Gazziero, al recordarlo tras tres años de su trágica muerte en la Catedral de Santiago, el 24 de julio de 2004.
Aunque no recuerda con exactitud el año en que se conocieron, Predonzani reconoce haber compartido muchos momentos con el sacerdote y explica que vivía su vocación de consagrado muy comprometidamente, con una enorme fidelidad y una rigurosidad a toda prueba “asumía compromisos y los llevaba adelante con una fidelidad que no admitía fallas”, explica.
Asimismo agrega que en su relación con los fieles – recordemos que Faustino Gazziero fue párroco de Coyhaique – era una persona muy amistosa, aunque ello no impedía que fuese al mismo tiempo exigente. “Era un hombre muy dedicado, ordenadísimo. Él se entregaba por completo, y si tenía que preparar un curso, un taller o una jornada, lo hacía con una precisión y un esmero extraordinario”, enfatiza el prelado.
Una especial relación sostuvo con los jóvenes durante toda su vida, a quiénes se dedicó y junto a los que trabajó con sus mejores energías, ya desde sus primeros años de sacerdocio en Coyhaique y luego en Santiago, donde participó activamente reestructurando colegios, elaborando proyectos educativos y dirigiendo la Fundación Educacional Santa Teresita.
Sin duda una de las iniciativas por las que más se recuerda a Faustino Gazziero en Coyhaique fue por la creación del Hogar de la Juventud, cuyo objetivo era que los jóvenes tuviesen un lugar donde divertirse de una manera sana. Otro proyecto que tuvo gran aceptación por parte de la comunidad fue el festival “En Busca del Éxito”, así lo destaca también el Padre Bruno Predonzani.
Sobre las lecciones que como sociedad se podrían sacar de la muerte del malogrado siervo de María, su cohermano Bruno es enfático en señalar que el prefiere hacer una lectura desde la vida, desde “su manera de vivir, desde su entusiasmo para vivir. El final fue lo que le tocó, pero toda su trayectoria yo la veo como un siervo, un sacerdote dedicado, entregado, y eso sí deja muchas enseñanzas”, concluye el prelado.
En este sentido, el Obispo de Aysén, Luis Infanti de la Mora, manifiesta que Faustino Gazziero marcó una época importante en la historia de la Iglesia de Aysén. Como sacerdote – recalca Monseñor Infanti – “más allá de lo que haya hecho o haya dejado de hacer, su presencia aquí ha sido significativa para impulsar una mirada a nuestra región desde la perspectiva de la fe”.
Tomando como referencia el testimonio de vida del sacerdote Gazziero, el obispo Infanti es claro en señalar el rol fundamental que han tenido y que siguen teniendo los consagrados en una sociedad tan manoseada por el consumismo, el progreso industrial y los adelantos científicos. Todas estas, cuestiones que producen vacíos importantes sobre el sentido de la vida. Y desde esa visión la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Aysén explica que “el padre Faustino es un signo luminoso, un signo evidente de que hoy una sociedad sin sacerdocio y sin lo sagrado es una sociedad pobre, débil, miedosa, asustadiza, inquieta. Entonces siento que ser sacerdote hoy en todo el mundo; pero especialmente en Aysén, es un desafío, es una esperanza y es uno de los mayores y mejores aportes que podemos y debemos hacer a nuestra sociedad”, concluye el obispo Infanti.
Para conmemorar el tercer aniversario de la fatal muerte del siervo de María Faustino Gazziero, la Iglesia de Aysén celebrará una Eucaristía en su memoria este martes 24 de julio a las 19 horas en el templo Catedral de Coyhaique, la que será oficiada por el Obispo Vicario de Aysén, y en la que además se recordará a otro sacerdote de la Orden que trabajó intensamente por la educación en la región, el Padre José Fogliatto.
Los hechos
Era la tarde del sábado 24 de julio del año 2004, el malogrado sacerdote Faustino Gazziero se dirigía a la Sacristía de la Catedral Metropolitana; luego de haber oficiado la Eucaristía del apóstol y mártir Santiago, cuando fue atacado por un joven de 25 años identificado como Rodrigo Orias, quién con una daga le hizo un corte en el cuello que le produjo la muerte.
Cabe señalar que al momento de su fallecimiento, el padre Faustino Gazziero de Stefani tenía 69 años, y llevaba cerca de 40 viviendo en Chile.
Fuente: Comunicaciones Aysén
Coyhaique, 23-07-2007