Valdivia, 25 de noviembre de 1994
Queridos Padres de familia y Apoderados:
Al finalizar el Año de la Familia, los Obispos de la Iglesia en Chile queremos dirigirle a todas las familias de nuestra Patria -y en especial a las católicas- un afectuoso saludo y una reiterada expresión de nuestro aprecio e interés por apoyarlas en su vida familiar. Con este objeto les presentamos dos peticiones para que sean asumidas como concretizaciones duraderas:
En primer lugar, pedimos a los padres de familia que en su hogar se rece, cada día en alta voz, con sus hijos -después de hacer la Señal de la Cruz- un Padre Nuestro y un Ave María y un Gloria.
Parece una petición muy modesta. Ciertamente hay muchas familias que hacen esto y mucho más. Pero es posible, sin embargo, que muchas otras aún no lo hagan. Sería una inmensa bendición para las familias de nuestra Patria que en ellas se hiciera esta oración cotidiana. En momentos de alegría, de angustia o en tiempos especiales (Mes de María, Navidad...) esa oración se hará más intensa y completa.
La culminación de esa oración diaria será la participación - en familia - en la Santa Misa dominical.
La segunda petición - al acercarse las matrículas en los colegios - se refiere a la clase de Religión de sus hijos.
En el sistema escolar chileno existe como parte normal del programa la clase de Religión. Sólo pueden eximirse aquellos niños cuyos padres opten por renunciar a esa asignatura. Para los padres y apoderados es una grave responsabilidad cuidar la formación religiosa de sus hijos.
La clase de Religión es un buen medio para los niños de tener una formación sistemática en algo tan importante como es la religión. No deben por tanto los padres y apoderados dispensar a sus hijos de la clase de religión. Con ello causan un grave perjuicio a la formación integral de sus hijos.
A los profesores de religión les agradecemos de corazón su trabajo y quisiéramos acompañarlos en su noble tarea.
Finalmente, deseamos a todas las familias de Chile, una feliz Navidad. No permitan que el afán de regalar o de consumir eclipse el verdadero sentido de la Navidad, que es acoger - como la Virgen María - la venida de Jesucristo, nuestro Salvador que viene a hacernos presente el amor de Dios y a enseñarnos el camino de la fe y la esperanza de la vida eterna. A todos les deseamos feliz Navidad y un buen Año Nuevo.
† Fernando Ariztía Ruiz
Obispo de Copiapó
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
† Cristián Caro Cordero
Obispo Auxiliar de Santiago
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile