Siervas de San José: 50 años de “Trabajo, fe y amor” en Aysén

Siervas de San José: 50 años de “Trabajo, fe y amor” en Aysén

Miércoles 19 de Septiembre de 2007
“Trabajo, fe y amor” es el lema que anima a la Congregación Siervas de San José desde su fundación en el año 1874, y el mismo que han tratado de vivir e imprimir en todo el trabajo pastoral que han desarrollado durante 50 años en la región de Aysén.

La llegada de las Siervas de San José a la región se remonta al año 1957, más específicamente el 2 de febrero, así está registrada en el 1º Cuaderno de la Casa de la Comunidad en Puerto Aysén.

Las primeras religiosas que pisaron tierras patagonas fueron: Madre Filomena Hernández, Madre Pilar Abril, Madre Francisca Penín y Hermana Irene Gómez, así al menos consta en el libro del P. Vladimiro Memo “Iglesia de Aysén. Puente entre fe y cultura”, que agrega que “todas, excepto la Madre Filomena se habían embarcado en España para Chile. Al llegar a Buenos Aires se juntó al grupo la Madre Filomena como superiora y siguieron viaje en un barco petrolero hasta Comodoro; de Comodoro cruzando la pampa llegaron a Puerto Aysén”.

Pero, ¿qué motivó la llegada de estas religiosas a estas australes tierras? Según se señala en el libro fue el mismísimo Obispo de Aysén de la época, Mons. Antonio Michelato, quién al ver un artículo en la revista “Vanguardia al servicio de la Iglesia” exclamó “¡Estas son las religiosas que necesitamos en nuestro Vicariato!"

Luego de dos meses de la llegada del primer grupo, se unieron Madre Amadora Peña y Madre Emerenciana Rodríguez.

Todo parecía bien encaminado cuando de repente un voraz incendio consumió las dependencias del Colegio Internado San José el 24 de junio del mismo año en que llegaron a Puerto Aysén.

Esta sería sólo una de las pruebas que tendrían que sortear estas religiosas españolas. Pero nada las detuvo, es así como hoy en día se pueden observar abundantes frutos en el plano de la educación y el trabajo apostólico.

Con posterioridad las Siervas de San José se extienden a la región realizando una nueva fundación en Chile Chico en 1965 y en Coyhaique en 1967.

Las Siervas de San José y su obra en Aysén

En la actualidad la comunidad religiosa de las Siervas de San José está compuesta por 5 hermanas, quiénes se desempeñan en diversos ámbitos y concentran su labor principalmente en las ciudades de Puerto Aysén y Coyhaique. Pero su trabajo apostólico en estos 50 años ha variado significativamente, así lo explica la hermana Margarita Estévez, sostenedora de los Colegios de la congregación.

Parte importante de su trabajo apostólico en esta zona ha estado concentrado en la labor educativa. Primero fue el Colegio Internado San José en Puerto Aysén, para luego involucrarse en proyectos educativos como el del Liceo San José U.R, la Escuela San José en Coyhaique, y en la actualidad los Colegios Sagrada Familia de Puerto Aysén y Francisco Xavier Butiñá de Coyhaique.

El mundo trabajador es otra opción preferencial de esta congregación de origen español. “Está muy dentro de nuestro carisma, es como muy medular el ser trabajadoras como una más, santificándonos a través de las tareas sencillas. De hecho nuestros fundadores, la Madre Bonifacia y el Padre Butiña, sintieron la urgencia del mundo trabajador. Ellos vieron como el mundo del trabajo se estaba descristianizando, sentían el dolor de las jóvenes que no sabían trabajar y que se perdían por no encontrar un trabajo digno”, explica Margarita Estévez.

Es así como en Aysén se desarrollaron fuertemente los talleres laborales, dedicados a mujeres trabajadoras. Incluso se llegó a tener una industria cristiana en Puerto Aysén, más específicamente una panadería. Aunque la panadería hoy en día ya no funciona, lo que sí continua son los talleres y no sólo en Coyhaique y Puerto Aysén; sino también en varios poblados del Lago General Carrera como Chile Chico, Guadal, Murta y Tranquilo.

La vida misionera itinerante es otra veta que las Siervas de San José exploraron animadas por el obispo emérito Bernardo Cazzaro, quién es el que solicita a la Congregación que permita esta experiencia de vida itinerante a las religiosas que trabajaban en aquella época en Aysén. Es más, el propio Obispo Cazzaro acompañó en múltiples oportunidades los recorridos que las misioneras itinerantes realizaban de dos en dos. Según explica Margarita Estévez este ha sido un gran aporte ya que ha permitido “impulsar las comunidades cristianas de casi todo el Vicariato a través de las misiones itinerantes desde La Junta hasta Villa Ohiggins. Cada vez que llegábamos a un pueblo era como una fiesta porque la gente se sentía muy feliz de que llegáramos y se entristecían cuando nos marchábamos a otro sitio”, puntualiza la religiosa.

Consultada sobre qué ha significado para la Congregación estos 50 años de labor apostólica, la hermana Margarita Estévez manifiesta que ha sido un regalo. “Creo que Dios nos regaló el venir a esta linda región de Aysén. Ha sido un regalo grande para la congregación porque nos sitúa en un mundo sencillo, donde se puede vivir Nazareth. Un ambiente de sencillez, de pobreza. Otra cosa digna de destacar es la acogida y el cariño de la gente, el respeto. Todas las que hemos vivido en Aysén nos sentimos siempre muy agradecidas de esta tierra chilena, de esta región”.

El reconocimiento del Pastor de la Iglesia de Aysén a la Congregación

Palabras de agradecimiento y su reconocimiento al trabajo de las Siervas de San José en el ámbito de la educación, misionero y trabajador realizó el Obispo de Aysén, Mons. Luis Infanti de la Mora, quién destacó sobre todo su estilo de vida “muy cercano a la gente más humilde. Un estilo de vida humilde, austero. Un estilo de vida muy alegre, muy gozoso de esta opción de vida como siervas de San José, y especialmente dedicadas a la educación de los niños y de la juventud”.

En el ámbito de la educación el Obispo Infanti valoró la labor de grandes educadoras como la Madre Amadora, la Madre Esperanza y la Madre Purificación, entre otras.

Además el prelado relevó el trabajo que las siervas de San José han hecho como misioneras en los distintos pueblos de la región, “su huella aún permanece en los grupos de oración, el núcleo de las comunidades cristianas de muchos pueblos han sido un sello que las siervas han marcado”.

Y en el mundo trabajador y su especial atención a la mujer trabajadora “creo ese es un aporte valiosísimo que es una opción de la Iglesia; sin embargo ellas han sabido aterrizar, encarnar esta opción de la Iglesia por los pobres y por la mujer de manera muy significativa”, explica el obispo de Aysén.

Finalmente, Monseñor Luis Infanti tuvo palabras de gratitud hacia las religiosas destacando “la labor de tantas religiosas que con valentía, sacrificio, dedicación, y gozo han entregado su vida a nuestra región, comunicando su fe con entusiasmo. Junto con agradecer esta entrega generosa – un don de Dios para nuestra Iglesia – desearles que su religiosidad, su espiritualidad, su carisma como congregación siga impregnando a la Iglesia de Aysén con la misma valentía de estos 50 años”, concluyó.

Programa de actividades

Para celebrar estos 50 años de presencia de las Siervas de San José en la región, la propia comunidad tanto de Coyhaique como de Puerto Aysén ha preparado diversas actividades para festejarlas.

Para este jueves 20 de septiembre se ha preparado un Encuentro con alumnos de la Escuela Sagrada Familia de Puerto Aysén, oportunidad en la que se realizará un acto académico en el mismo establecimiento educacional a las 19 horas.

El viernes 21 de septiembre será el turno de la comunidad educativa de la Escuela Francisco Xavier Butiñá de Coyhaique, que también ofrecerá un homenaje a las religiosas. Para posteriormente tener un encuentro fraterno con todas las hermanas. Es importante destacar que para la ocasión han venido desde la región metropolitana una delegación de 11 hermanas a festejar este aniversario.

El sábado 22 será un día especial, ya que las religiosas M. Celia Arroyo y M. Encarnación Hernández celebrarán sus bodas de oro como consagradas con una Eucaristía en la Capilla de la Escuela Sagrada Familia de Puerto Aysén a las 18.30 horas.

Los festejos por los 50 años de la congregación concluirán el domingo 23 de septiembre con una solemne Eucaristía en la Catedral de Puerto Aysén a las 11 de la mañana, que será presidida por el Padre Obispo Luis Infanti de la Mora.

Fuente: Comunicaciones Aysén
Puerto Aysén, 19-09-2007