Valdivia revitalizó la marcha en Asamblea Diocesana

Valdivia revitalizó la marcha en Asamblea Diocesana

Urge revitalizar la opción por los jóvenes, la familia y los pobres, teniendo a Jesucristo como centro.

Martes 02 de Octubre de 2007
Más de un centenar de agentes pastorales de la Diócesis de Valdivia encabezados por su pastor, Mons. Ignacio Ducasse, sacerdotes y religiosas, celebraron el 4 de septiembre la Asamblea Diocesana. Fue una instancia, como expresó el pastor diocesano en su carta invitación a la Asamblea, “para dar gracias al Señor, en un clima de comunión y participación, por la riqueza de la vida de la Iglesia”. Gratitud por el camino recorrido, para revitalizar la marcha pastoral y proyectar los nuevos desafíos, de cara a las nuevas Orientaciones Pastorales Nacionales y Diocesanas.

La Asamblea se inició con la oración comunitaria, tras lo cual se propuso a los asistentes, “mirar agradecidos la acción de Dios en medio de su pueblo”. Posteriormente, Mons. Ignacio presentó los aspectos más significativos de la V Conferencia que servirán de marco de referencia de la labor evangelizadora.

Otro especial momento de la Asamblea fue la Adoración Santísimo, vivida en profunda acción de gracias por las maravillas que Dios realiza, paso a paso hoy, en medio de su pueblo. Gratitud por los rostros de laicos y consagrados en los cuales él sigue perpetuando su mensaje de amor y generosa entrega, y de perdón por las debilidades que nos impiden ser fieles a la misión confiada.

Por la tarde, fue la instancia de los aportes y propuestas de cara a las Orientaciones Pastorales de la Iglesia en Chile, con un taller en grupos y posterior plenario, para concluir con la Eucaristía, broche de oro de la Asamblea diocesana.

A juicio de Karin Rettig, Secretaria Pastoral, “lo emanado tras la Asamblea es desafiante. Se visualiza un fuerte interés porque nuestra pastoral revitalice su opción por los jóvenes, la familia y los pobres, teniendo a Jesucristo como centro. Jesús que recorre el camino y dialoga -como en Emaús-; la necesidad de revitalizar la inserción social, ambiental, espiritual y formativa, que nos lleve a vivir como una Iglesia verdaderamente acogedora, alegre, fraterna, profética y misionera. Para hacer ello posible, debemos estar disponibles a la gracia y a la luz del Espíritu ‘que habita en nosotros, por el amor que nos ha sido dado’, como dice san Pablo”, subrayó.

Fuente: Comunicaciones Valdivia

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Valdivia, 02-10-2007