Queridos hermanos y hermanas:
Quisiera comenzar mis primeras palabras como Obispo, apoyándome en las palabras del Salmo 120 que he elegido para mi misión episcopal “ El auxilio Nos viene del Señor” . En estos 21 años de sacerdocio he experimentado con fuerza ese auxilio y por eso recién ordenado Obispo dirijo mi corazón agradecido al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, porque un día más a lo largo de mi vida queda patente que sólo de él puede venirme el apoyo y la fuerza que necesitaré para cumplir su voluntad. Conozco mis debilidades, pero también experimento su misericordia, por eso en él quiero poner toda mi confianza.
Quiero agradecer en forma especial al Papa Juan Pablo II , por medio del Señor Nuncio Apostólico Monseñor Aldo Cavalli el que me haya querido encomendar esta misión de dirigir la Prelatura de Calama. Cuanto he de agradecer al Papa, su testimonio de fe, su fortaleza por anunciar el evangelio, su preocupación por llegar a todos con la palabra de la verdad. Que el ejemplo de este hombre santo anime mi ministerio.
Agradecer al señor Cardenal Monseñor Francisco Javier Errázuriz, felicitarlo por su recién nombramiento como Presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana y a cada uno de los hermanos Obispos que han venido a este norte grande para acompañarme y hacerme sentir esa comunión fraterna. Gratitud para Monseñor Patricio Infante, Monseñor Pablo Lizama, Monseñor Enrique Troncoso que han sido mis consagrantes en mi Ordenación Episcopal; junto a ellos he trabajado en la Diócesis de Melipilla, a cada uno de ellos le debo gran parte de mi formación pastoral guiada con afecto y generosidad siempre. Para el Papa, para el Cardenal, para nuestros Obispos un aplauso cariñoso de la comunidad aquí reunida.
Agradezco la presencia de hermanos sacerdotes diáconos, seminaristas, religiosos y religiosas. De manera especial quiero agradecerle públicamente a mi mamá el cariño y apoyo constante que de ella he recibido, su espíritu de sacrificio, su trabajo incesante que han sido sin duda un gran ejemplo. Recordar a mi papá que así como en la tierra me alentó y se enorgulleció con mi sacerdocio, no me cabe duda ya está intercediendo en mi nuevo ministerio junto al Señor. A mis hermanos a mi familia, a tantas personas de Curacaví, Talagante, Melipilla, a tantos que han llegado, que han venido de Santiago, a cada uno de ellos mi agradecimiento, si hasta de Corea ha venido alguien a participar de esta celebración. Cada uno son personas que han llenado de muestras de cariño toda mi vida sacerdotal, agradezco la presencia en esta fiesta de la fe de los Diputados de Melipilla y su Alcalde.
Aquí vengo en el nombre del Señor a continuar la tarea pastoral realizada por mis antecesores Monseñor Orozimbo Fuenzalida y Cristián Contreras y por Monseñor Juan Bautista Herrada, oriundo también de las tierras de Melipilla, que sin duda desde el cielo se une a esta fiesta de la fe. A los sacerdotes de Calama y mi presbiterio pedirles que en la participación del único don, todos aprendamos a querernos fraternalmente y ayudarnos recíprocamente, para que el mundo vea y crea. A las religiosas, catequistas y misioneros laicos, gracias por su tarea hecha y por seguirme acompañando a extender el reino.
Quiero dirigirme a ustedes queridos hijos de la Prelatura de Calama, permítanme que les llame hijos, porque quiero ser para ustedes padre, hermano, amigo y pastor. Quiero ser para ustedes como un padre. Pido entonces al Padre del cielo que llegue a conocerlos a acompañarlos a animarlos a corregirlos con cariño a enseñarlos en definitiva a quererlos, mostrándoles el camino de la verdadera vida.
Quiero ser para ustedes hermano, que Jesús me enseñe a caminar junto a ustedes. Todos hemos sido llamados, todos hemos recibido la misma vocación, porque decía San agustín; para ustedes soy Obispo, pero con ustedes soy cristiano, lo primero es mi ministerio de servicio, lo segundo es mi dignidad como la de cada uno de ustedes.
Quiero ser para ustedes amigo, invoco al Espíritu Santo para que haga de mi un buen instrumento y puedan sentir mi cercanía y mi consuelo. Que él me ayude a llegar hasta sus hogares, lugares de trabajo y sus estudios, en la mina en los salares en los talleres, en la cárcel en los hospitales en los hogares de ancianos, quiero ser pastor, por eso dirijo mi corazón al Buen Pastor, Jesús, par que haga de mi un pastor misionero, que vibre con las alegrías de ustedes y comparta los dolores con los que más sufren ahí donde estén. Que salga al encuentro de ustedes para alimentarme con la Palabra de Dios y los sacramentos. Que en este pastoreo itinerante puedan palpar la presencia amorosa del único pastor Jesucristo.
En este año vocacional, pido a la Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe de Ayquina que nos ayude a gozarnos en el hecho de sabernos elegidos llamados por Dios y como ella, podamos cantar las maravillas del Señor y que ella ruegue para que en esta iglesia de Calama hayan muchos sacerdotes, religiosos y religiosas que nos acompañen en este caminar hacia el Padre. Recen por mi, yo lo haré por ustedes, por las autoridades de esta nuestra ciudad, de esta Prelatura, rezar por las intenciones de cada uno de ustedes. Recen por mi, yo rezaré por ustedes.
¡Que Dios los bendiga!
† Guillermo Vera Soto
Obispo Prelado de Calama