El fruto del Bautismo, o gracia bautismal, es una realidad rica que comprende: el perdón del pecado original y de todos los pecados personales; el nacimiento a la vida nueva, por la cual el hombre es hecho hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo, templo del Espíritu Santo. Por la acción misma del bautismo, el bautizado es incorporado a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y hecho partícipe del sacerdocio de Cristo.

El día sábado 04 de abril, la Iglesia de Linares, celebro una gran fiesta en la Catedral de Linares, Monseñor Tomislav Koljatic, bautizo a 23 niños y niñas pertenecientes a las Residencias de Vida Familiar de la comuna de Linares y San Javier, a la actividad asistieron Padres y Padrinos de los bautizados junto a sus familiares, en compañía de las Directoras de cada Residencia.
Luego se realizó una gran fiesta en honor a los niños en dependencias de la Fundación Caritas Linares, en compañía de Monseñor Koljatic, directivos de la Fundación, y todos los invitados a esta importante y especial celebración.

La inmersión en el agua evoca los simbolismos de la muerte y de la purificación, pero también los de la regeneración y de la renovación. Los dos efectos principales, por tanto, son la purificación de los pecados y el nuevo nacimiento en el Espíritu Santo (cf Hch 2,38; Jn 3,5).

El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf Jn 3,5). Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones (cf Mt 28, 19-20; cf DS 1618; LG 14; AG 5). La Iglesia por medio del Bautismo asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna; por eso no descuida la misión que ha recibido del Señor de hacer "renacer del agua y del espíritu" a todos los que pueden ser bautizados. Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, pero su intervención salvífica no queda reducida a los sacramentos.

Fuente: Caritas Linares


Linares, 08-04-2008