Mons. Juan Ignacio González: "La liturgia, centro de la vida sacerdotal"

Carta mensual del obispo de San Bernardo a los sacerdotes:

Mons. Juan Ignacio González: "La liturgia, centro de la vida sacerdotal"

En su habitual carta a los sacerdotes, Mons. Juan Ignacio González aborda algunos elementos acerca de la importancia de la liturgia y el cuidado de las celebraciones, proponiendo a los sacerdotes y diáconos de sus diócesis algunas aspectos litúrgicos celebrativos que se deben profundizar y cuidar con esmero, particularmente en la celebración de la Santa Misa.

Miércoles 23 de Julio de 2008
“Pese a la claridad e insistencia con que la Iglesia nos llama a celebrar dignamente la liturgia, no podemos esconder que aun nos queda mucho por mejorar y que en algunas partes aun se comenten abusos gravísimos en la celebración de los misterios cristianos, que carga la conciencia de los ministros que se prestan a ello y confunden al pueblo de Dios. Como señala el Catecismo la “celebración sacramental está tejida de signos y de símbolos. Según la pedagogía divina de la salvación, su significación tiene su raíz en la obra de la creación y en la cultura humana, se perfila en los acontecimientos de la Antigua Alianza y se revela en plenitud en la persona y la obra de Cristo”, indica Mons. Juan Ignacio González en su Carta a los sacerdotes y diáconos de su diócesis.

Además señala que “He querido realizar estas breves consideraciones sobre la liturgia, para que desde ellas volvamos a meditar en nuestra responsabilidad como ministros del Señor, llamados a celebrar la liturgia mediante la cual se realiza una parte importante y esencial de la santificación del pueblo de Dios. Particularmente quiero que volvamos nuestra atención hacia las celebraciones sacramentales, que en cada momento y situación histórica son las mediaciones objetivas y eficaces de la gracia de Dios que con sobreabundancia se derrama sobre sus hijos. La liturgia es prenda de lo celestial e inicia ya aquí la liturgia celestial, junto a Cristo, sentado a la derecha del Padre. Como enseña el Concilio, la liturgia “es la fuente primaria y necesaria en la que los fieles deben beber el espíritu verdaderamente cristiano (SC 10) para así perfeccionarse “cada día en la unión con Dios y entre si por medio de Cristo mediador, para que Dios llegue a ser todo en todos” (SC 48)

Al enviar un mensaje a los presbíteros señala que “Queridos hermanos sacerdotes, todos nos damos cuenta de que en esa obediencia fiel y esmerada a cuanto la Iglesia dispone para la celebración de los sacramentos y muy particularmente en el misterio Eucarístico, hay una gran manifestación de nuestra humildad y nuestra docilidad a la voluntad de Dios. Por esta razón quiero pedir a todos que examinemos nuestras disposiciones y acciones al tiempo de las celebraciones litúrgicas de los sacramentos y de la Santísima Eucaristía. Pongamos la más esmerada delicadeza en cuidar todos los signos y símbolos litúrgicos, que no son sólo la palabra y la oración, sino también la acción y los gestos y cuya significación es determinante para el pueblo cristiano”.

Asimismo, indicó algunos aspectos que pueden mejorar la celebración de la misa, tales como “los Ritos iniciales y finales de la celebración litúrgica se deben hacer desde la Sede. Que en las concelebraciones se use siempre la casulla, o dalmática para el caso de lo diáconos, llevando la propia si resulta necesario. El silencio es un elemento esencial de la celebración litúrgica”.

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Fuente: Comunicaciones San Bernardo
Santiago, 23-07-2008