Hoy se ha dado a conocer a la opinión pública un comunicado oficial de la Nunciatura Apostólica en relación a que S. S. Juan Pablo II me ha nombrado Obispo Coadjutor de Rancagua para colaborar íntima y estrechamente con el Pastor diocesano de esa querida Iglesia diocesana Monseñor Javier Prado Aránguiz.
Ante este acontecimiento quiero expresar:
1. Mi profunda gratitud a Dios -de quien procede todo bien- por el regalo de la vida y de la fe cristiana, y por haberme hecho pastor al servicio de su pueblo. Gratitud al Papa Juan Pablo II, por la confianza hacia mi persona al ordenarme Obispo hace 24 años y al confiarme misiones pastorales en Concepción, Talca, Osorno y ahora Rancagua. Gratitud a mi Iglesia de origen de Punta Arenas, donde serví los primeros trece años de mi ministerio pastoral.
2. Hoy al ser llamado a una nueva misión apostólica, quiero agradecer a todos los hermanos de esta amada Iglesia de Osorno: a los sacerdotes diocesanos y religiosos, a los diáconos permanentes, a los seminaristas, a las comunidades religiosas femeninas y masculinas, a los leales y generosos servidores del Obispado, a los innumerables laicos de parroquias, comunidades y movimientos apostólicos, a los queridos jóvenes y a la porción privilegiada del corazón de Cristo, los pobres y los que sufren. De todos, en estos casi nueve años, he recibido apoyo, comprensión, generosa colaboración y testimonio de amor a la Iglesia. ¡Dios les bendiga!
3. Mi gratitud sincera también a las diferentes instancias de la comunidad provincial, a sus Autoridades, a las organizaciones sociales, gremiales, políticas, deportivas, educacionales, poblacionales, etc., por haber permitido integrarme a las inquietudes, sueños y proyectos para el desarrollo de Osorno, tierra bendecida con mil dones por el Creador.
Gratitud a los comunicadores sociales de la Provincia, con quienes hemos estrechado vínculos de amistad y de compromiso en la búsqueda del bien común.
4. Así como fue doloroso dejar tiempo atrás Punta Arenas, Concepción y Talca, hoy me resulta doloroso dejar Osorno. El corazón sufre, no lo puedo negar. Hemos ido creando vínculos de amistad, de proyectos comunes, de acciones evangelizadoras que en fidelidad a Jesucristo sean buenas noticias para todos. Hemos compartido sueños por una Provincia más próspera, justa y unida para todos, especialmente para los más pobres.
5. Aquí es cuando recuerdo unas palabras que se atribuyen a San Francisco de Asís: "El hombre no es salvado por sus obras, por muy buenas que sean. Es preciso que él mismo se haga obra de Dios". Para un creyente, eso es lo más importante. Dejarse moldear por Dios. Ruego a la comunidad creyente su oración para que pueda vivir, aunque pálidamente, ese estado de abandono en las manos del Padre Dios.
6. Una palabra especial a mis nuevos hermanos de peregrinar en la fe de la Iglesia Diocesana de la Santa Cruz de Rancagua.
Desde ya quiero expresarles mi afecto y mi amor a toda esa porción del pueblo de Dios que preside mi hermano Javier. Desde ya me siento unido a todos los rancagüinos y, en esta ocasión, al igual que en 1979, cuando iniciaba mi servicio de pastor, quiero repetir: "Con la confianza total en el Señor y en ustedes, con humildad y en espíritu de servicio, quiero integrarme a la acción pastoral de esa querida Iglesia. Quiero hacer mías sus inquietudes, sus búsquedas. Quiero compartir sus alegrías y sus sufrimientos. Ustedes me ayudarán a ser Obispo según el corazón de Cristo". († Alejandro Goic K. 8-VlI-1979 en Concepción).
7. Finalmente, a todos ustedes queridos hermanos osorninos, les digo con las palabras inspiradas de San Juan Crisóstomo: "Donde yo esté estarán también ustedes, donde estén ustedes, estaré también yo: formamos un solo cuerpo, y el cuerpo no puede separarse de la cabeza, ni la cabeza del cuerpo. Aunque estemos separados en cuanto al lugar, permanecemos unidos por la caridad, y ni la misma muerte será capaz de desunirnos".
En la certeza que todo es gracia, don del amor redentor de Jesucristo, con esperanza y con la confianza total puesta en Jesús Buen Pastor y en su Madre María, nuestra Madre, quiero asumir la nueva misión pastoral en Rancagua.
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo Coadjutor Electo de Rancagua
Osorno, 10 de julio de 2003.