Un millar de fieles Valdivianos, se unió a todo Chile, al culminar el Mes dedicado a María, la Madre de Jesús. En señal de gratitud por los dones recibidos este año, otros implorando la intercesión materna ante Jesús, recorrieron desde el frontis del Coliseo Municipal a la Plaza de la República, a los pies del Templo Catedral, donde celebraron la Liturgia en honor a la Inmaculada Concepción.

La procesión fue presidida por Mons. Ignacio Ducasse, Obispo de Valdivia, quien durante la homilía destacó que “nuestras oraciones y cantos y esta tradicional procesión por las calles de nuestra ciudad, quieren manifestar esta alegría inmensa por la obra del Señor en María, en su Iglesia, en nuestras comunidades y familias, en cada uno de nosotros que hemos acompañado a la Virgen durante todo este mes”.

Especiales palabras de aliento entregó Mons. Ignacio a un grupo de mujeres del Sindicato de Trabajadoras Eventuales y Transitorias de la Provincia de Valdvia, Granja Productiva Jefas de Hogar, quienes completaron ocho días en huelga de hambre, en la Plaza de la República, epicentro de la celebración mariana. “Salgamos al encuentro de aquellos hombres y mujeres que a lo largo y ancho de nuestro suelo diocesano caminan sin norte claro; vamos a acompañar a estas mujeres que hoy están en huelga de hambre buscando soluciones dignas a sus problemas, oremos por ellas y sus familias; oremos para que en ellas crezca el respeto y cuidado a la vida que Dios les ha regalado. Este es hermanos, el reto y el desafío de nuestra Diócesis, que a través de la elaboración de sus nuevas Orientaciones Pastorales quiere ser fiel al Señor”, puntualizó.

Muchas fueron las experiencias de fe que emanaron del corazón de los fieles. “Este día quisimos caminar en familia para dar gracias al Señor, por medio de María, madre nuestra, por la salud de nuestra madre, a quien los médicos le habían dado dos meses de vida y hoy celebra un año junto a nosotros”, dijo María.

“Hoy, hemos venido a poner en las manos de María a nuestro hijo, recién nacido, él venía complicado, su vida y la vida de mi esposa estaban en peligro; nos encomendamos a Dios, bajo el manto santo de la virgencita y ella nos regaló un pequeño hermoso y sanito, y con mi esposa, también sana, vinimos a agradecerle por el don de la vida”, dijo emocionado hasta las lágrimas, Andrés.

Fuente: Comunicaciones Valdivia


Valdivia, 09-12-2008