Programa conmemorativo se presentará a los pies de la Cruz Monumental de Chillán.

La historia de los pueblos se construye a cada instante, pero sin duda, hay acontecimientos que marcan con sello de fuego la identidad de su gente. Es lo que sucedió en la provincia de Ñuble el 24 de enero de 1939, a causa de la mayor tragedia natural vivida en la zona.
Corrían las 23.32 horas y en medio del silencio de la noche todo se vino abajo. La tierra empezó a sacudirse fuertemente bajo el suelo de Chillán y las distintas comunas de esta tierra ñublensina, destruyendo no sólo gran parte de la infraestructura ciudadana, sino que además causando profundas cicatrices en el alma de una población que palpaba en carne propia el dolor de la muerte y la desesperanza.
En Chillán, gran parte de la ciudad colapsó por este devastador sismo, cuya intensidad alcanzó los 7,8 grados en la escala de Richter y de 11 grados en la escala de Mercalli. Un terremoto cuyo epicentro está registrado en Quirihue, y que ostenta el triste record de aproximadamente 30 mil víctimas fatales, siendo el sismo con mayor cantidad de muertos en la historia de Chile.
Un capitulo de nuestra historia ñublensina que el sábado 24 de enero cumplirá 70 años desde su acontecimiento y que la Iglesia Diocesana de Chillán invita a recordar, encabezando un programa conmemorativo preparado junto a la Gobernación de Ñuble y la Municipalidad de Chillán, que estará marcado por un acto en el frontis de la Iglesia Catedral, el signo de una puesta floral en el Cementerio Municipal de Chillán y una misa oficial que presidirá el Obispo en el principal templo diocesano.
Dicho programa será entregado en detalle este lunes, a las 09.30 horas, a través de un punto de prensa que se realizará a los pies de la Cruz Monumental, donde se harán presente el Obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrin; junto al gobernador de Ñuble, Ignacio Marín; y el alcalde de la ciudad Sergio Zarzar.
La idea es elevar nuestra oración comunitaria por las víctimas del terremoto, en muchos casos olvidadas bajo fosas comunes que se multiplicaron en cementerios y otros lugares de las distintas comunas. Y por otro lado, agradecer al Señor por la fuerza y el tesón de nuestros abuelos sobrevivientes, quienes a punta de esfuerzo y sacrificio, lucharon por levantar a los distintos pueblos de esta tierra ñublensina desde las cenizas.
Fuente: Comunicaciones Chillán
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Chillán, 18-01-2009