Recién llevaba dos años cuando aconteció la tragedia, por lo que su proyecto pastoral debió asumir las secuelas del terremoto. Fue un pastor que puso el hombro para cobijar lágrimas y emprender la reconstrucción de un pueblo.

El terremoto de 1939 ha sido la prueba más grande que ha debido sortear la ciudad de Chillán. Las crónicas señalan que la reconstrucción se extendió por más de una década, gracias al tesón de grandes ciudadanos que hicieron suyo el desafío de construir un futuro esperanzador a partir de las ruinas.
Entre ellos, un lugar especial ocupa el obispo de la época,
monseñor Jorge Larraín Cotapos, quien al día de la tragedia llevaba sólo dos años como pastor de esta diócesis. Entonces, supo que el destino de su proyecto pastoral estaría marcado por una gran tarea, asumir las terribles secuelas del terremoto, apoyar el desafío de la reconstrucción urbana y ser portador de la esperanza en Cristo para un pueblo sumido en el desamparo y el dolor.
El trabajo no fue fácil, pues la Iglesia también sufrió en carne propia los ecos de la tragedia. Gran parte de los templos, casas parroquiales, monasterios, edificios eclesiásticos y establecimientos educacionales resultaron destruidos. Y más terrible aún, muchos fueron los sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos que perdieron la vida aquel fatídico 24 de enero.
Lejos de verse sobrepasado por esta realidad, encabeza con especial dedicación campañas de ayuda a los damnificados. Se preocupa particularmente por acompañar a los más pobres, entre los pobres.

En forma paralela, se preocupó de la reconstrucción de templos, casas parroquiales, colegios y otros edificios eclesiásticos. Según el historiador chillanense Marco Aurelio Reyes, “su plan maestro incluyó no solo la nueva Catedral de Chillán, sino que también las parroquias Nuestra Señora de la Merced, Santo Domingo y San Vicente de Paul, enfrentándose al párroco Clodomiro Acuña, al privilegiar una Escuela-Taller para jóvenes obreros antes que la reconstrucción del templo”.
El 25 de octubre de 1941 coloca la primera piedra de la Catedral, concluida veinte años más tarde por su sucesor, monseñor Eladio Vicuña. Crea las parroquias de San Gregorio, Zemita (actual Cachapoal) y San Francisco de Chillán.
Asimismo, se preocupó de reimpulsar la educación católica, la acción católica y la formación del clero y seminaristas. A mediados de 1939, reabre el colegio Seminario de Chillán fundado por el padre Vicente Las Casas. Las clases se inician en dos barracones de madera, llegando a crecer en un 300% con préstamos y donaciones.

También en el año 1939, propicia la llegada de las religiosas alemanas de María Ward, quienes se asientan en Chillán, San Carlos y San Ignacio, y fundan el Instituto Santa María. Asimismo, apoya a los padres de Maryknoll en la construcción del Colegio Nuestra Señora del Carmen de Portezuelo (1949).
No escatima en esfuerzos para reunir los recursos económicos que le permitieran levantar nuevas construcciones: la Corporación de Reconstrucción y Auxilio; el apoyo de familias ricas cercanas a la Iglesia; solicitando apoyo de órdenes religiosas; el uso de planos arquitectónicos para reconstruir diversas parroquias; la construcción y arrendamiento de propiedades de la Iglesia; la posesión de predios agrícolas por herencias y donaciones; campañas públicas; etc.
Del mismo modo, comprometió la ayuda de su sobrino arquitecto, Hernán Larraín Errázurriz, quien asume en forma gratuita el compromiso de la reconstrucción de la nueva Catedral de Chillán, cuya moderna forma arquitectónica, no estuvo exenta de críticas durante los primeros años; pero que con los años terminó siendo una de las obras arquitectónicas religiosas más relevantes de América Latina y el más importante símbolo del Chillán post-terremoto.
Tras su muerte en el año 1955, monseñor Jorge Larraín Cotapos, ha sido reconocido como el “obispo del amor y la reconstrucción”.
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Fuentes:
• REYES COCA, Marco Aurelio. Columna en el Diario La Discusión, del 24 de enero de 2008.
• CABRERA, C.; GARRIDO, J.; SEPÚLVEDA, N.; ZAPATA, S. “Historia de la Diócesis de Chillán”. Tesis para optar al título de Profesor de Estado en Historia y Geografía. Chillán. 1978.
Comunicaciones Chillán
Chillán, 27-01-2009