Este año se hizo un dedicado trabajo a la enseñanza de los Derechos de los Niños, realizando incluso una caminata con ese fin.

"En la alegría de un niño está el rostro de Cristo". Ese fue el lema inspirador del Centro Vacacional Sectorial (CEVAS) realizado esta semana en la parroquia Sagrada Familia, donde se entregó formación cristiana y recreación a unos 120 niños de escasos recursos del sector.
Tal como ya lo hemos precisado en ocasiones anteriores, los CEVAS son espacios generados para brindar unos días de vacaciones a niños de familias que no tienen la oportunidad de disfrutar en este tiempo estival fuera de sus casas. Para ello, se organiza un programa de actividades donde los menores aprenden manualidades, se les enseña normas de aseo personal, se les entretiene con juegos y cantos, y se les forma en valores cristianos a través de breves catequesis que tienen como centro la figura de Cristo.
En el caso de la parroquia Sagrada Familia, este año se hizo un dedicado trabajo a la enseñanza de los Derechos de los Niños, realizando incluso una caminata con ese fin, en la tarde del jueves 22, por las calles del sector parroquial. Así nos cuenta la coordinadora, Elodia Martínez: “le dimos énfasis a lo que era el derecho a la diversión, a jugar, a entretenerse, y que ellos no pueden ser agredidos por nadie, también que supieran sobre sus deberes como hijos e hijas”.
La coordinadora agrega que otro objetivo de la caminata, donde los niños y niñas salieron a la calle luciendo hermosos disfraces, fue acercar esta experiencia a la comunidad y a los padres de los menores. “Quisimos mostrarles a quienes nos apoyaron en la realización de este CEVAS, el fruto de su colaboración; también pasamos por los sectores donde viven los niños para que sus familias vieran sus trabajos, alusivos a los Derechos de los Niños”.

El grupo de monitores o tíos, en esta oportunidad alcanzó a 70 jóvenes, quienes no sólo brindan una importante labor de servicio, sino que además cumplen un rol de misioneros, visitando las casas de los niños, interactuando con sus familias mientras los van a buscar y sembrando la semilla que permita a esos niños mantenerlos participando posteriormente de la vida parroquial. “Siempre vemos esto como un gran pesebre vivo de Cristo, donde intentamos inculcarle valores cristianos e incentivarlos a que después sigan participando dentro de la parroquia”, expresa Elodia Martínez.
Sobre los momentos y emociones vividos durante esta semana, nos cuentan tres jóvenes monitores. Emiliano Flores señala que en su caso participa siempre de la parroquia, pero uno de los servicios que más le gusta hacer es CEVAS, porque es algo que le llena el corazón, especialmente por el cariño recíproco que se genera con los niños. Para Natalia Ortiz, es una experiencia muy hermosa que les permite conocer otras realidades, especialmente la que viven muchos niños y niñas pertenecientes a familias de escasos recursos, a quienes hay que llenarlos de la esperanza de Jesús. Así también lo siente Natalia Romero, para quien es muy lindo todo lo que provoca ir a buscar a los niños a sus casas, ganar ese espacio de cercanía con ellos y sus familias, luego llevarlos a la parroquia y enseñarles muchas cosas que serán positivas para sus vidas y a la vez tener espacios de entretención con ellos.
La semana de CEVAS concluyó el sábado 24 de enero con una fiesta de cumpleaños. Hoy el grupo de monitores y niños participan de la misa dominical. Finalmente, la evaluación nuevamente es positiva y deja las ganas de todos puestas ya en lo que será la preparación del CEVAS de invierno que tendrá lugar en el mes de julio.
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Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 27-01-2009