La campana del colegio ya había sonado; ahora fue el turno de la campana del Templo que marcó el inicio del Año Académico para la comunidad educativa valdiviana que entregó este don a Dios, para un impulso nuevo.
Niños y jóvenes estudiantes, acompañados por sus padres y apoderados, directivos y profesores, de establecimientos católicos, municipalizados, subvencionados y particulares subvencionados, se dieron cita en el Templo Catedral para poner en las manos de Dios, el sendero educativo que comienza.
Durante la homilía, Mons. Ignacio Ducasse, Obispo de Valdivia, se refirió a las virtudes de san José que se transforman en ejemplo para toda la Comunidad educativa. Destacó entre otros aspectos, el silencio activo de José, como esencia de lo que debe ser el actuar creyente y cristiano que vive para Dios.
Desde este contexto, llamó a la Comunidad educativa a perseguir en su vida y misión, el cumplimiento de la voluntad del Padre, como fuente de felicidad y amistad con Dios, y a estar atento a su voluntad expresada en los hermanos. “Que él nos ayude a asumir con responsabilidad este año, a nivel directivo, para que realicen su trabajo con dedicación y creatividad; por los profesores, por su honestidad en el trabajo y enseñanza que entregan, con un compromiso real en el crecimiento y formación de sus alumnos; y también el compromiso de todos ustedes queridos alumnos, para asumir con responsabilidad este año... para aprender, atesorando en el corazón la sabiduría de Dios, para crecer como personar y poder servir a toda la sociedad”, concluyó.
Una cesta con materiales escolares, una imagen de un Cristo joven, una familia y las especies de pan y vino, fueron presentadas ante el altar por escolares, docentes, padres y directivos, signo de la comunión educativa a la que nos invita la Iglesia.
Entre los asistentes, destacó la presencia del Alcalde Bernardo Berger, y de una amplia delegación del Liceo de Lipingüe, de Los Lagos, liceo perteneciente al Instituto de Educación Rural, IER. Ellos debieron recorrer casi dos horas para llegar a Valdivia, y al término de la misa expresaron su gratitud por la invitación. “¡Vale la pena venir tan lejos, para vivir este momento profundo de comunión y alegría!”, expresó una de las alumnas.
Al final de la Misa, Angela Martínez, Directora del departamento de Educación, agradeció la presencia de los asistentes y los llamó a trabajar denodadamente por la comunión de toda la Comunidad educativa, “Que Dios Padre nos dé la gracia de poder imitar a este gran parte y tutor de Cristo, san José”, destacó.
Fuente: Comunicaciones Valdivia
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Valdivia, 20-03-2009