Ambos presbíteros han vivido un ministerio principalmente dedicado al acompañamiento del mundo campesino.

Dos sacerdotes de nuestra diócesis celebraron quince años de ministerio. Se trata del
padre Nelson Jara Adasme, párroco de Quirihue, y el
padre Samuel Cereceda Machuca, párroco de Bulnes; ambos ordenados el 19 de marzo del año 1994, en la Iglesia Catedral de Chillán, por el obispo de la época, monseñor Alberto Jara Franzoy.
El padre Nelson Jara celebró su aniversario sacerdotal con una misa en la parroquia Dulce Nombre de Jesús, donde agradeció al Señor por su vocación y las hermosas experiencias que ha vivido en estos años de servicio pastoral. “Un cumpleaños sacerdotal muy especial que vivo con una inmensa gratitud en el corazón, soy un agradecido de Dios por haberme llamado y regalado este ministerio, y a la vez, le pido perdón por todas las veces que no respondí al Señor como Él se lo merece”, expresó.
En sus quince años de sacerdocio, el padre Nelson Jara ha entregado servicios pastorales en comunidades con una amplia identidad rural como Yungay, San Ignacio, El Carmen y actualmente Quirihue. Y es en medio de las familias campesinas, donde ha encontrado el corazón de su vocación ministerial, según el mismo lo describe. “La gente del campo tiene una riqueza especial, porque tienen una sencillez muy grande y una sintonía muy estrecho con el Evangelio, y eso hace que uno disfrute mucho con ellos el ministerio sacerdotal”.
En la actualidad, el padre Nelson además de ser párroco de Quirihue, es sostenedor del Colegio San Agustín de la misma comuna, y además ocupa el cargo de director del Área de Agentes Evangelizadores, dependiente de la Vicaría Pastoral de Chillán.
Por su parte, el padre Samuel Cereceda celebró sus quince años de ministerio con una misa en la parroquia Santísima Cruz de Bulnes, donde junto con agradecer al Señor por la vocación recibida, cuya germinación se inició a temprana edad, cuando aún estaba en el seno de su familia, oriunda de la comunidad de San Miguel, en la comuna de San Ignacio. “Yo tengo que dar gracias a Dios por todas las personas, comunidades y lugares que me han recibido y ayudado a ser cada día un mejor sacerdote” manifestó.
El padre Samuel también es un sacerdote que ha vivido su ministerio en medio del mundo campesino, primero en Cachapoal, Pemuco, y actualmente Bulnes, donde a impulsado de gran forma el trabajo en las comunidades eclesiales de base. “Soy campesino, gracias a Dios, por lo que me he sentido muy cómodo en las comunidades donde me han enviado y a las cuales aprendí a querer”, señaló.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 22-03-2009