Mensaje de despedida de Mons. Sixto Parzinger

Su inmensa gratitud a Dios, a sus colaboradores y a los fieles de la diócesis de Villarrica ha expresado el Obispo administrador apostólico, Mons. Sixto Parzinger Foidl, a pocas horas de asumir el nuevo obispo, Mons. Francisco Javier Stegmeier.
"Despedir es un poco morir, dice un refrán. Nos cuesta sacar las raíces que se formaron en largos años y empezar de nuevo en otra parte. Pero en Dios siempre se encuentra la fuerza necesaria para hacerlo. En Él siempre hay un nuevo comienzo, nuevas perspectivas, motivaciones razones de su divina sabiduría para guiar nuestros caminos hacia Él, para que crezcamos en el hombre interior y maduremos para llegar a Él".
Mons. Parzinger expresó que para él ha sido una alegría poder servir a Dios y al prójimo. "Sobre todo en los más pobres, los humildes y desconocidos, a los cuales pertenece sobre todo el pueblo Mapuche. Con gusto fui al campo para atender a sus enfermos y asistir a sus celebraciones o funerales. Sería mi alegría más grande que fueran reconocidos como pueblo originario de Chile, y puedan vivir en paz con suficiente terreno para sus familias".

Agrega el obispo que la alegría más grande para un pastor de almas es la buena y fiel marcha de las comunidades, con crecimiento de su fe y de su participación en las celebraciones de la Iglesia.
Finalmente, pide la oración de todos e invita a los fieles a acoger con alegría a su nuevo pastor.
Texto del mensaje de despedida de Mons. Sixto Parzinger
Fuente: Comunicaciones Villarrica
Villarrica, 17-04-2009