Llegaron provenientes de todas las parroquias de la Diócesis. Eran miembros de las diversas Comunidades de la Renovación Carismática de la Diócesis de Valdivia que participan activamente de la vida pastoral de la Iglesia.

Querían reunirse para celebrar el cumpleaños de la Iglesia y pedir para ellos y para toda la Comunidad Eclesial la efusión del Espíritu Santo que reanime su caminar como discípulos misioneros de Jesucristo, luz del mundo.

El salón parroquial se transformó en un pequeño-gran cenáculo donde los fieles reunidos en torno a sus pastores, elevaron su vida e historia a Dios. Fue una jornada de perdón y alabanza; de proclamación y exhortación a través de las cuales Dios, por medio de su Espíritu, las transformó en diversas gracias para los congregados en la fiesta.

Fiesta del Espíritu donde nadie quedó indiferente, cumpliéndose así lo que alguien dijo una vez refiriéndose a la renovación carismática: éste no es un movimiento en la Iglesia sino la Iglesia en movimiento.

Entre las vivencias, destacó el testimonio de Roberto, un joven padre aquejado de depresión, que fue invitado a la Vigilia por una amiga, y que experimentó en carne propia el ferviente deseo de abandono en Dios. “Yo no conozco a Dios; llegué aquí invitado por una amiga. Estuve estos días internado, ayer salí y ella me invitó a venir aquí; mañana debo retornar a la clínica, y está experiencia vivida hoy aquí marcó mi vida para siempre. He conocido al Señor y con él quiero poner lo mejor de mí, para no dañarme más ni dañar a mis hijos a quienes amo”, concluyó entre lágrimas.

Este fue, quizás, uno los momentos más fuertes en que se recreó lo vivido por los discípulos reunidos en Pentecostés, la Iglesia naciente donde unos por otros oraban, imponiéndoles las manos y pidiendo para ellos la gracia del Espíritu y sus dones.

La Fiesta que culminó con un compartir fraterno, cantando a coro el ¡Cumpleaños Feliz! a la Iglesia y agradeciendo a Dios por las Comunidades de la Renovación Carismática presentes en las diversas parroquias de la Diócesis de Valdivia, que se llevaron consigo un cirio, signo de Cristo luz del mundo, al cual están llamados a anunciar como discípulos misioneros de Jesucristo.



Fuente: Comunicaciones Valdivia
Valdivia, 01-06-2009