Ñuble despidió al padre Tarsicio

Sacerdote dejó de existir este lunes a los 91 años

Ñuble despidió al padre Tarsicio

La eucaristía fue presidida por el obispo de Chillán, padre Sergio Pérez de Arce.

 
Miércoles 10 de Febrero de 2021
Con una misa que fue transmitida para toda la Diócesis San Bartolomé a través de Radio El Sembrador, Radio Raíces, Radio Cayumanqui, (entre otras emisoras), y redes sociales de la Parroquia de Quillón, del Obispado de Chillán, la comunidad despidió al padre Tarsicio Troncoso, quien partió a la Casa del Padre este lunes a los 91 años.

La misa se desarrolló en la Parroquia Inmaculada Concepción de Quillón y fue presidida por el obispo de Chillán, padre Sergio Pérez de Arce. Además, participaron varios sacerdotes de la Diócesis quienes le dieron el último adiós al querido y recordado presbítero, quien sirvió 17 años como párroco en la comuna en donde falleció.

La homilía estuvo a cargo del padre Francisco Jiménez, quien precisó que “toda eucaristía en la muerte de un cristiano es una celebración de su vida, de su paso por Cristo de la muerte a la vida. Pero la eucaristía en la muerte de un sacerdote lo es de un modo especial porque es celebrar la gracia derramada por Dios a través del ministerio sacerdotal. Es celebrar la presencia y la salvación de Cristo por medio de quien hace sus veces y es celebrar la comunión de los santos en unión de todos aquellos que recibieron el bautismo, el perdón, el pan de vida y que ahora gozan de la salvación eterna que Dios sembró en ellos a través de su ministerio”.

“El padre Tarsicio fue un sacerdote recordado por su carácter silencioso, reservado y su trabajo ministerial responsable, serio, generoso, cercano y amigable. Un sacerdote que ejerció durante 63 años de vida en el ministerio, en aquellas comunidades en la cuales sirvió, Coihueco, Colliguay, Ninhue, Quillón y Pinto. El padre Tarsicio vivió a ejemplo del buen pastor, estuvo acompañando a su rebaño por verdes praderas y hacia fuentes tranquilas, estuvo reparando sus fuerzas y preparándoles la mesa con la copa rebosante en la eucaristía. Pero también supo estar presente en momentos de dolor, de dificultad, que tantas veces hay que atravesar en el camino de la vida, con amor y misericordia, buscando llegar un día a la casa del Señor en donde habitar sin fin”, precisó.

A nombre de la familia del padre Tarsicio, su sobrina e ahijada, Isabel Troncoso, expresó que “agradecemos profundamente todas las muestras de cariño hacia nuestro tío, y en esta oportunidad quiero compartir pena y alegría, penas porque el tío ha dejado su cuerpo físico y alegría por su existencia y enseñanza. Desde joven demostró su inclinación por la vocación sacerdotal, dentro de las anécdotas familiares siempre se recuerda que desde niño se vestía con las faldas largas de la abuelita, para simular la sotana de sacerdote de aquellos años. Vestido así, hacía misa en una pajarera junto a sus hermanos. En una oportunidad una vela encendida terminó incendiando el lugar”, recordó.

“Su primera misa la hizo en Portezuelo, su primera destinación fue a Coihueco, luego Colliguay, Ninhue, Quillón y Pinto. Se acogió a retiro y quiso vivir en Quillón, gracias al cariño que ustedes le entregaron. Era gratificante ver cómo la gente se le acercaba, recordando historias con él. Recuerdo una vez que llegó un joven a pedirle prestado un pantalón para poder licenciarse. Ese era nuestro tío”, indicó.

Nataly Carvajal en nombre de Carmen, la persona que trabajó con él, también tuvo palabras de cariño. Asimismo, del Consejo Parroquial, Nelson Valderrama, señaló que “el padre Tarsicio era un sacerdote y amigo, sacerdote testimonio de fe de amor a Dios y a María Santísima. Su partida ha dejado señales abundantes de quien ha corrido bien la carrera. Su sacerdocio estuvo marcado por oración y servicio a los demás. Tengo recuerdos desde niño con él, nos tocó compartir como acólitos, grupo scout, coro, folclor, con viajes a la nieve, implementó un comedor infantil donde los niños de escasos recursos podían comer. Y eso a uno de va marcando dentro de la vida, era un cura sencillo, cura de nuestro pueblo”.

El padre Cristian Muñoz, párroco de Quillón, realizó el responso final. El padre Sergio Pérez de Arce, agradeció a quienes acompañaron la eucaristía tanto presencialmente como por redes sociales. “Gracias por estar aquí, por venir a orar, celebrar esta eucaristía, y sobre todo gracias por el cariño manifestado a nuestro hermano Tarsicio, sigan orando por todos los sacerdotes”.

Los restos del padre Tarsicio fueron trasladados hasta el Cementerio Parroquial de Quillón.

Fuente: Comunicaciones Chilán
chillan, 10-02-2021