Esto, pues no sólo se preocupa de los jóvenes, sino también de sus familias, de los académicos pertenecientes a la comunidad y de todos quienes sean partícipes del mundo universitario penquista.

Si bien durante el año recién pasado la actividad académica se vio fuertemente afectada por la crisis sanitaria actual, todas las comunidades que participan de la parroquia no han dejado a un lado su labor. Por lo mismo, el padre Víctor Álvarez define el 2020 como un periodo desafiante, el que obligó a reorganizar la labor de los diversos grupos de trabajo, con el objetivo de cumplir con la misión de ayudar a quienes más lo necesitaran.

Respecto de lo anterior, comentó: «Fue muy exigente, pues el acompañamiento pastoral que solíamos ejercer debió ser adaptado a la modalidad online. También, doblamos esfuerzos en diversas coordinaciones e iniciativas para así apoyar a estudiantes y sus familias, los que se vieron económicamente afectados producto de la pandemia. Además de apoyar a muchos migrantes y adultos mayores que también tienen vínculos con nuestra comunidad”.

No obstante, la Parroquia Universitaria ha sido testigo del compromiso de muchas personas. Características que les ha permitido sacar adelante la misión y fortalecer los vínculos para avanzar en una Iglesia más sinodal, con aportes de cada uno de sus integrantes y trabajando en equipo.

Misiones de verano
Dentro de las actividades anuales que realiza la parroquia, se encuentran las tradicionales misiones de verano, las cuales finalizaron la semana pasada con el trabajo realizado por Misión País Concepción, proyecto en el que participaron cerca de 90 universitarios, distribuidos en tres zonas, con el propósito de dar apoyo a las familias que lo necesitan, esta vez de manera virtual.

“Implicó un gran desafío logístico el preparar material para cada misionero y familia misionada, pero es una alegría ser testigo del gran compromiso de los jóvenes que a pesar de la complejidad llevaron adelante la misión, con momentos de oración, formación, encuentro con las familias, talleres para los niños, adoración al Santísimo y las misas”, explicó el presbítero.

Desafíos y proyecciones
La Parroquia Universitaria, que en abril cumple 55 años, este 2021 tiene el desafío de fortalecer el acompañamiento pastoral a través de los diversos medios, para así fortalecer la vida espiritual, la vida en comunidad y el compromiso con los más necesitados.

“Debemos generar diversos espacios de encuentro y formación para crecer en nuestra vida cristiana y también profundizar en la realidad social que vive nuestro país, donde se debaten temas de fondo y en los cuales no podemos estar ausentes como cristianos”, expresó el párroco Víctor.

Ante lo anterior, agregó: “Un desafío permanente de nosotros como parroquia es fortalecer el trabajo colaborativo con las diversas pastorales de Educación Superior de la Arquidiócesis, que lleva adelante el padre Juan Pablo Becker, junto al equipo de la Pastoral de Educación Superior (PES). Además, este año se llevará adelante un Diplomado en Pastoral de Educación Superior, que era algo muy necesario a nivel país respecto de la formación de agentes pastorales en este ámbito de la misión de la Iglesia”.

Finalmente, el sacerdote señaló que durante lo que será este 2021 continuarán con el ánimo de fortalecer los espacios de formación, acompañamiento espiritual y ayuda social. Lo anterior, se realizará de forma online y presencial, mientras la situación actual lo permite. Asimismo, el presbítero Víctor Álvarez explicó: «Como nos dice en Papa Francisco este es un “tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia el Señor y hacia los demás”.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 13-02-2021