La parroquia San José La Matriz de Curicó y el templo catedral de Talca recibieron el sábado 8 y el domingo 9 de enero a familiares, amigos y comunidades que iban a acompañar a los futuros diáconos permanentes a dar el sí a este servicio. Ellos son: Hugo Carrasco Verdugo, Álvaro Díaz Núñez, Pedro Flores Salazar, Miguel Pacheco Salas, Francisco Pérez Undurraga, Carlos Sepúlveda Alvear, Claudio Morales Márquez, Pablo Gutiérrez Moya, Juan de Dios Castro Díaz, Filidor Segundo Bravo Valenzuela y Jorge Bravo Riquelme.

Una vez iniciadas ambas celebraciones, las cuales estuvieron presididas por el obispo de la diócesis, el padre Galo Fernández, se leyeron los decretos de ordenación diaconal. Y realizadas las lecturas, se hizo el llamado a los candidatos y se le pidió al obispo por la ordenación diaconal de los candidatos, lo que fue aceptado por nuestro pastor.

Seguidamente, el padre Galo Fernández expresó unas palabras en ambas celebraciones refiriéndose a la belleza de este sacramento que en esta celebración nos llena de alegría como Iglesia diocesana.

“El ministerio diaconal surge como respuesta a un ‘buen problema’. Una dificultad que se presenta en el marco de una comunidad que crece. Los apóstoles están superados y toman una iniciativa creativa: incorporar en los servicios a miembros de la comunidad”.

“A lo largo de la historia de la Iglesia este ministerio ha adquirido diversas modalidades e importancia. Desde el Concilio Vaticano II se retomó una fórmula que lo valoriza en sí mismo, y no sólo como una base, o etapa fundamental, del ministerio ordenado”.

Así mismo, el obispo destacó que “ha sido un proceso muy rico que en nuestra Iglesia se ha vivido con mucho fruto. Los nombres y el testimonio de Don Samuel Rebolledo, de Don Germán Oyadenel y el de muchos más han dado cuerpo, han validado en la experiencia del pueblo de Dios la riqueza original de este ministerio”.

El seguimiento de Jesús
“Reconocemos en el Diaconado permanente una rica expresión de la ministerialidad del Pueblo de Dios. Tiene la belleza de destacar la centralidad del servicio como elemento configurador de la vida cristiana, del seguimiento de Jesús”.

“Esta ordenación viene a confirmar algo esencial de ustedes, un rasgo que configura la identidad más propia, una vocación que llevan adentro desde que Dios los concibió en el vientre de sus madres. Esa vocación que no ha cesado de crecer, incluso en tiempos y circunstancias complejas y contradictorias”.

Para concluir su homilía, nuestro pastor les indicó a los futuros diáconos que “ustedes, desde su vocación específica están llamados a alentar ese compromiso y a ser los primeros en comprometer su tiempo, sus capacidades y recursos en favor de ellos, en favor de una sociedad en donde todos tengan el pan, el trabajo y el techo. En pocas palabras, que puedan desplegar sus vidas conforme a la dignidad de hijos de Dios”.

Los ritos de ordenación
Desde este momento, los 11 candidatos manifestaron ante el obispo y la comunidad su deseo de recibir el orden diaconal y su disposición de vivir el ministerio en obediencia. Luego, por medio de las letanías todo la Iglesia rogó a Dios por estos hermanos, que se postraron en el suelo como signo de oración y humildad, para que el Señor los bendijera y consagrara.

Seguidamente, el obispo impuso sus manos sobre ellos como signo privilegiado de la transmisión de la fuerza del Espíritu Santo, y leyó la oración de consagración. Ya una vez ordenados como diáconos permanentes, a cada uno de ellos sus esposas y familiares los ayudaron a revestirse con la estola como signo externo de la misión de servicio, un momento sin duda muy emotivo para todos ellos.

Además, a los nuevos diáconos también se les hizo entrega del libro de los evangelios del cual serán ministros, y posteriormente los demás diáconos de nuestra diócesis pudieron saludar a sus nuevos hermanos de servicio.

Los 11 nuevos diáconos de nuestra diócesis pudieron también saludar a sus familiares que los acompañaron en esta hermosa celebración, antes de continuar con la Eucaristía y entregar la comunión.

Palabras de los nuevos diáconos
En Curicó, el diácono Francisco Pérez Undurraga en representación de los recién ordenados dio gracias a Dios y agradeció a las familias por tanto apoyo durante este proceso y camino que apenas empieza.

“Te damos gracias Señor por invitarnos a ser discípulos y servidores, lo haremos en el servicio al altar, en la proclamación de la Palabra y en la compañía de los más necesitados. Queremos darte gracias Señor por nuestras esposas, hijos y familiares, son ellos quienes nos acompañan y ayudan en este camino de servicio (…) a nuestro formador el padre Patricio Espinoza, por su oración, consejo y compañía en estos años de formación, así como damos gracias a todos los que organizaron esta ordenación (…) por último queremos dar gracias al Señor por nuestra comunidades, junto a ustedes formamos la casa común, preocupados los unos de los otros, con esto se produce el milagro de que todos podamos vivir en la dignidad de ser hijos de Dios”.

En tanto en Talca, el diácono Jorge Bravo Riquelme, fue el encargado de dirigir unas palabras en representación de sus hermanos.

“En primer lugar, queremos agradecer a nuestro Padre Dios quien ha estado presente en toda nuestra vida y quien nos ha llamado a esta maravillosa vocación y misión. Frente a esta gran invitación sin duda nos sentimos pequeños, pues todo es por su gracia infinita que inunda nuestros corazones de su amor gratuito e incondicional y con su ayuda queremos responderle. Agradecemos muy sinceramente a nuestro pastor Mons. Galo Fernández por su cercanía, por conocernos a cada uno con nuestras familias, queremos agradecer a nuestros párrocos, sacerdotes, diáconos y a nuestros queridos ministros enviados por su cercanía y testimonio de fidelidad a Cristo”.

Cabe destacar que ambas celebraciones fueron transmitidas por el Facebook y el canal de Youtube de la diócesis de Talca.

Fuente: Comunicaciones Talca
Talca, 11-01-2022