Desde la comunidad de Pto. Domínguez, (Región de la Araucanía) mi pueblo natal, hasta las alturas de Calama, pasando por la querida ciudad de Rancagua y Santiago, donde he ejercido mi servicio pastoral. A todas y todos ustedes un cariñoso saludo de paz y bien, en el Señor Jesucristo, rostro de la misericordia del Padre.
Ustedes ya saben que su Santidad el Papa Francisco, me ha nombrado Obispo de la Diócesis de San Juan Bautista de Calama. Recibo este nombramiento con temor y temblor. Aún estoy muy sorprendido de la bondad y misericordia de Dios, como en nuestros días sigue mirando y llamando a los “pequeños, humildes y sencillos, para sorprender a los grandes y poderosos”. Hoy, más que nunca, he tenido clara conciencia de la tremenda desproporción entre mis capacidades y la nueva misión que el Señor y la Iglesia me están pidiendo. La he aceptado, con espíritu de obediencia y humildad de corazón.
Agradezco profundamente al Papa Francisco, la confianza inmerecida, depositada en mi humilde persona, para tan digno ministerio del Episcopado. Pido a Dios me conceda su gracia y su paz, para responder con fidelidad y celo apostólico, el cuidado de su Pueblo.
Dirijo un cariñoso saludo a las familias, a mis hermanos sacerdotes y sus comunidades, diáconos, religiosas, seminaristas, catequistas, agentes pastorales y laicos que con fe y generosa entrega, acompañan al pueblo de Dios, que peregrina en el Norte grande de nuestro país.
A mi hermano, el P. Enrique Olivé, actual administrador de la Diócesis, mi gratitud por su acogedor saludo y alentadoras palabras, recibidas hoy en la mañana, mi admiración por su larga y abnegada entrega evangelizadora y testimonio de Pastor bueno y fiel en la Iglesia de Calama.
Saludo cordialmente a las autoridades civiles, militares y culturales de Calama y sus alrededores, mi reconocimiento y respeto por su trabajo y generosa entrega en la construcción de una sociedad más justa, fraterna y solidaria.
Todo el mérito de lo que hoy estoy viviendo se lo debo a mi familia religiosa, la Orden de la Madre de Dios. Un buen día ustedes me subieron a la pequeña barquichuela de San Juan Leonardi y desde entonces hemos remado juntos mar adentro, con viento en contra y a favor, pero con la alegría y la esperanza de que “delante de nuestros ojos estaba siempre el honor, el servicio y la gloria de Cristo Crucificado”. Hoy cuando cumplimos 70 años de presencia evangelizadora en Chile, Dios nos bendice tomando a uno de sus hijos como nuevo pastor al servicio de nuestra querida Iglesia Chilena.
Por último quiero decirles que he estado rezando mucho por ustedes y mi nueva misión. En la distancia geográfica y en la cercanía del corazón les pido que recen por mí, para que con la fuerza de la oración, la eficacia de la palabra de Dios y la intercesión de la Virgen María, madre de la misericordia y servidora de la vida, entremos juntos en el Año Santo de la Misericordia, con nuevo impulso para los nuevos tiempos de nuestra Iglesia.
Que Dios los mire con Bondad y los Bendiga.
En la alegría de ser de Cristo
+ P. Oscar Blanco Martínez omd
Electo Obispo de Calama.
En el Año Santo de la Misericordia, Rancagua 19 de Marzo 2016.
