Monseñor Bernardo Álvarez y Monseñor Oscar García nunca imaginaron que este 2022 serían ordenados Obispos y mucho menos que estarían presentes en la Beatificación de Juan Pablo I ni que tendrían la oportunidad de hablar cara a cara con el Papa Francisco. Sin embargo, como bien sabemos, Dios suele romper nuestros planes y sorprendernos.

Fue así que los Obispos Auxiliares de Concepción debieron viajar a Roma para participar en el curso de formación para nuevos obispos, enfocado en el anuncio del Evangelio en el cambio de época y después de la pandemia, que se realizó entre el 11 y el 19 de septiembre y que finalizó con un encuentro con el Santo Padre.

En el curso participaron 179 obispos, seis de los cuales eran chilenos, quienes abordaron temas como la sinodalidad, el cambio de época, la familia, el desarrollo humano integral, liderazgo episcopal y elementos de la administración de la diócesis y del Derecho Canónico.

Además, “tuvimos una jornada muy bonita con el Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que nos entregó un tema que considero que fue muy importante para nosotros sobre la identidad espiritual del Obispo a la luz de la sinodalidad”, relató Monseñor Bernardo.

En ese contexto, Monseñor Oscar señaló que “estamos en un camino luminoso, que es el Camino Sinodal (…) así que esto nos lleva a escuchar mucho a la comunidad, a caminar junto con la comunidad, a dejarnos interpelar por los signos de los tiempos, a dejarnos iluminar por el Espíritu Santo, que habla también a la gente sencilla, y a ser pastores -como el Papa remarca muy bien- con olor a oveja, que caminemos junto al Pueblo de Dios (…) y seamos lo más cercanos posible”.

“Ser Iglesia”

Ambos Obispos Auxiliares destacaron que fue enriquecedor compartir con prelados de otros países. Monseñor Oscar sostuvo que “es una riqueza hermosa (…) y fue un momento muy especial de fraternidad, de sentirnos cuerpo, sentirnos Iglesia y sentirnos hermanos. Es algo que tenemos que seguir potenciando y también tratar de ayudarnos unos a otros -desde la experiencia particular de cada uno y desde los carismas particulares- en este servicio que la Iglesia nos ha pedido por medio del Santo Padre para la edificación del Reino de Dios y la salvación de las almas”.

En ese sentido, Monseñor Bernardo manifestó que “una de las cosas muy hermosas que uno descubre en la vivencia de la fe y también de la comunidad eclesial es que cuando uno llega a un lugar realmente se siente como parte de este cuerpo, en este caso, del cuerpo del Colegio de los Obispos. Entonces, algo que me marcó mucho fue eso bonito de ser Iglesia y de entrar a una comunidad de hermanos con los que jamás te habías visto y luego compartes la mesa, dialogas y después de unos días cuentas tus cosas más personales, tus desafíos como obispo o de tu propia diócesis, con mucha sinceridad y transparencia. Creo que eso es algo que en pocas realidades o entidades se puede dar”.

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Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 19-10-2022