Ordenan Diácono en tránsito al sacerdocio a Santiago Hameau Davanzo

Ordenan Diácono en tránsito al sacerdocio a Santiago Hameau Davanzo

El Arzobispo de Concepción le pidió que tenga “una gran profundidad espiritual” y también lo llamó a “ser siempre fuente de unidad y siempre generar ambientes fraternos”.

 
Domingo 06 de Noviembre de 2022
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La tarde del sábado 5 de noviembre, Santiago Hameau Davanzo recibió de manos del Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali Garib, la Ordenación Diaconal en tránsito al sacerdocio, en la Parroquia San Pablo de Chiguayante.

En su homilía, Monseñor Chomali afirmó que “es muy fascinante lo que estamos viviendo hoy día aquí en este templo, porque resulta particularmente significativo en un momento de tantas turbulencias sociales, políticas, geopolíticas y también eclesiales, que una persona como Santiago Hameau haya hecho un proceso de siete años en el Seminario y hoy día de manera libre y consciente se va a consagrar para toda su vida como Diácono en camino al sacerdocio”.

Al respecto, sostuvo que “estamos en presencia de un misterio que solamente se esclarece a la luz de Jesucristo (…) el Señor se fijó en él y lo llamó y lo hizo perseverar en la formación para que hoy delante nuestro se consagrara íntegramente para servir”.

El Arzobispo de Concepción le pidió y aconsejó a Santiago Hameau que tenga “una gran profundidad espiritual” y también lo llamó a “ser siempre fuente de unidad y siempre generar ambientes fraternos”.

Además, lo invitó a servir a los demás, especialmente a los más pobres: “Tu vocación siempre será joven, será radiante, será esperanzadora si tienes siempre la vista en los más necesitados”.

“Cuando seas sacerdote vas a convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, pero además estás llamado a convertir la desesperanza en esperanza, siempre hombre de esperanza. Estás llamado a convertir la mentira, a iluminarla con la verdad. Estás llamado a construir paz donde haya discordia, estás llamado a ser una gran fiesta, una fiesta como la quiere el Señor, una fiesta donde no falte el vino y para ello hay una sola fórmula, como muy bien lo dice la Virgen María: Hagan lo que Él les diga”, enfatizó.

Nuevo Diácono
Luego de la homilía, Santiago Hameau fue examinado por el Arzobispo respecto a su voluntad y disposición para ejercer el ministerio diaconal, tras lo cual prometió obediencia a él y a sus sucesores.

Posteriormente, el seminarista se postró y la asamblea entonó las Letanías de los Santos. Después, el Arzobispo de Concepción le impuso las manos, gesto que junto a la oración consagratoria, incorporó a Santiago Hameau al Orden de los Diáconos.

Tras la Plegaria de Ordenación, el nuevo Diácono fue revestido con los ornamentos propios de su ministerio: la estola terciada y la dalmática, que fueron presentadas por sus padres. Y luego, Monseñor Fernando Chomali le entregó el Libro de los Evangelios, como signo de su misión: “Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees, y lo que has hecho fe viva enséñalo, y cumple aquello que has enseñado”.

Después, el nuevo Diácono recibió de parte del Arzobispo y de los Obispos Auxiliares, Monseñor Bernardo Álvarez y Monseñor Oscar García, el saludo de comunión. También fue saludado con alegría por sus hermanos diáconos, con gran emoción por su familia y recibió un caluroso aplauso por parte de la asamblea.

Agradecimiento, santidad y oración
Antes de la bendición final, el Diácono Santiago Hameau se dirigió a la asamblea para decir tres cosas:

“La primera es darle gracias a Dios por su compañía, por el cariño de toda esta comunidad que he recibido desde el día que pisé esta parroquia y cuando fui visitando las comunidades fui súper bien recibido, partiendo por el Padre Gustavo Sterkens, que harta sabiduría me ha logrado transmitir en estos meses que he compartido”.

También agradeció a su familia, “que me ha apoyado en todo este proceso que no ha sido corto, han sido siete años y antes también, tratando de discernir qué era lo que Dios quería para mi vida”.

En ese contexto, comentó que diez o doce años atrás, cuando estaba recién saliendo del colegio, jamás hubiera creído posible estar hoy aquí, pero “Dios siempre sorprende. Pasar de no querer esta vocación o pensar que Dios jamás se iba a fijar en mí para algo así -y tampoco me interesaba- a ser llamado y ahora valorar realmente este regalo, esta gracia de servirlo a Él, sirviéndoles a ustedes sirvo a Dios”.

Asimismo, agradeció a sus hermanos Diáconos, a los sacerdotes -especialmente a quienes viajaron desde lejos- y también al Seminario y a la comunidad: “Les agradezco de verdad por acompañarme”.

En segundo lugar, relató una anécdota: un sacerdote en diversas Eucaristías, en el momento de la paz le decía “La Paz contigo, Tiago, porque todavía no eres santo”. Esto fue algo que se le quedó grabado, ya que todos estamos llamados a la santidad y “Dios quiera que al final de nuestra vida también tengamos esas tres o cinco letras al lado de nuestro nombre: san o santa”.

“Ese es el camino que yo siento que el Señor me pide aquí, junto a mis hermanos diáconos y los sacerdotes y obispos, llevar lo mejor que uno pueda, pidiéndole ayuda a Dios obviamente, conducirlos a ustedes con humildad, para que así como estamos reunidos aquí todos juntos, podamos estar allá arriba reunidos juntos y decir: Mira, llegamos a la meta, esto es para siempre y bendito sea Dios”.

En tercer lugar, el Diácono Santiago Hameau dijo que “me arrepentiría si no les pidiera que hiciéramos una oración de intercesión. Quiero pedir especialmente por el Padre Jorge Heredia, que es formador del Seminario y hace tiempo que está batallando con un cáncer”.

“Yo creo que la oración es poderosa y el Señor nos dice que si tuviéramos fe como un grano de mostaza podríamos mover montañas. Yo sé que a mí no me alcanza, a mí no me da para ese grano de mostaza, pero estamos juntos, está toda la Iglesia junta aquí, entonces si este no es el momento, no sé qué otro momento sería más adecuado”, manifestó e invitó a los presentes a orar al Señor “como niños” porque “el niño no se preocupa cómo va a ser ni cuándo, sino que lo pide. Y si más encima lo pedimos por intercesión de nuestra Madre María, seguramente nos va a escuchar”.

Motivación para otros jóvenes
Monseñor Bernardo Álvarez, quien es Rector del Seminario Metropolitano, manifestó su deseo de que Santiago “en primer lugar sea un santo diácono en este tiempo y, Dios mediante, después un santo sacerdote al servicio de la Iglesia”.

Además, señaló que “para nosotros, como Seminario Metropolitano de Concepción, siempre es una gran alegría poder ver cómo los seminaristas van culminando este proceso de formación, que ciertamente tiene el fin de poder llegar a las órdenes, en primer lugar el Diaconado en Tránsito, que es lo que ha recibido hoy día Santiago, y luego de unos meses -seis meses aproximadamente o un poco más- vendrá la Ordenación Sacerdotal”.

“Entonces, poder ver primero confirmada la voluntad de Dios en Santiago, y luego ver también la alegría aquí en la comunidad de San Pablo y tantas personas que acompañaron -sacerdotes, diáconos, religiosas- fue un hermoso ambiente familiar de Iglesia, que se alegra finalmente por ver los frutos del proceso formativo del Seminario de Concepción. Así que espero, Dios mediante, que este momento de gozo, de alegría y de gracia también para nuestra Iglesia, signifique ojalá en muchos la motivación para descubrir la llamada del Señor y consagrar la vida a Dios como lo ha hecho Santiago Hameau”.

Por su parte, Monseñor Oscar García afirmó que este es “un momento de gracia no sólo para la familia de Santiago, sino para la Iglesia de Concepción, y esto nos anima a renovar nuestra alegría, nuestra fidelidad, nuestra entrega en bien del Pueblo de Dios que nos ha sido encomendado”.

“Y, como bien lo expresaba Monseñor Chomali, en estos tiempos difíciles, que haya jóvenes dispuestos a seguir más de cerca a Jesucristo, a consagrar su vida totalmente por el Reino de Dios, por la causa del Evangelio y por el bien de las almas, sin lugar a dudas es extraordinario. Hoy estamos en un día de fiesta, agradecidos de Dios y agradecidos de Santiago, que ha respondido a esta llamada que Él le ha hecho. Yo sé que es un verdadero hombre de Dios y que va a ser muy fiel también a la vocación que el mismo Señor le ha regalado”, aseveró.

También expresó su deseo de que “ojalá el testimonio de él motive a tantos jóvenes a responder con generosidad a la llamada del Señor y que sean muchos futuros diáconos”. Además, destacó la importancia de que “cada uno, con nuestra vocación, podamos ser fermento y sal allí donde el Señor nos llama en su Divina Providencia”.

“Que sea santo”
Santiago Hameau es el sexto hijo de una familia de once hermanos y este sábado, con profunda alegría y emoción, sus padres, sus hermanos, su hermana, su cuñado y sus tres sobrinos estuvieron presentes en este importante momento.

Constanza Davanzo, madre del nuevo Diácono, expresó que vivió este día “con mucha alegría y con mucha emoción a la vez, por este regalo que el Señor nos hace a nosotros como familia, a la Iglesia y en especial a esta comunidad de San Pablo”.

Además, manifestó que sus deseos para Santiago son: “Que sea fiel, que sea santo y que sea un buen discípulo del Señor”.

Asimismo, René Hameau, padre de Santiago, expresó su emoción “por el hijo que está feliz, que está contento” y agradeció “a la Iglesia que lo ha acogido y a Dios que le ha dado esta vocación de servirlo a Él como futuro sacerdote. Estamos muy felices”.

En tanto, uno de los hermanos del nuevo Diácono, Matías Hameau, señaló que es “un día de alegría familiar y alegría por la Iglesia. Tantos sacerdotes que faltan hoy día y la decisión de mi hermano debe ser una luz, no solamente para muchos jóvenes, sino que también una nueva luz de esperanza para esta comunidad que recibe a un hombre frágil que va a ser conducido por Cristo para tener un gran ministerio”.

Tanto el padre de Santiago como su hermano expresaron el mismo deseo para él: “Que sea santo”.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 06-11-2022
Video: Ordenación Diaconal