Con profunda fe y devoción se vivió el Vía Crucis Arquidiocesano y la Liturgia de la Pasión del Señor, que fueron presididos por el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, la tarde de este viernes 7 de abril.

El Vía Crucis, que partió a las 16:00 horas desde la Parroquia La Merced, avanzó por calle Castellón y O’Higgins hasta el templo Catedral, deteniéndose en las diferentes estaciones, que estuvieron a cargo de fieles la Parroquia Del Sagrario, San Agustín, La Merced y de la Comunidad San José.

En su homilía, Monseñor Fernando Chomali afirmó que “viendo el contexto mundial, el contexto nacional y nuestra propia vida, creo que es necesario preguntarse por qué los seres humanos nos tratamos tan mal. Tan mal que nos tratamos con nuestras palabras, con nuestros gestos. Tan mal nos tratamos que nos matamos los unos a los otros, como lo vemos día a día. Tan mal nos tratamos, que somos indiferentes ante millones de personas que buscan nuevos horizontes para vivir mejor y les cerramos las puertas y les ponemos dificultades”.

En ese contexto, sostuvo que “la respuesta a esa pregunta es una sola: Nos tratamos mal, porque no hemos comprendido lo que significa ser un ser humano. Nos tratamos mal, porque no hemos comprendido la inmensa dignidad que tenemos. Somos hijos de Dios, creados a imagen y semejanza de Dios. Y como si fuera poco, Dios dio la vida por cada uno de nosotros”.

“Por eso que los seres humanos, a diferencia de las cosas, no tenemos precio, tenemos valor, tenemos dignidad. Y esa dignidad nos viene de Dios, que da la vida por cada uno de nosotros. Como si fuera poco, Dios quiere ser solidario con nosotros y es solidario, ni más ni menos que padeciendo Él, porque Jesucristo es Dios, todos los padecimientos que tenemos cada uno de nosotros. Por eso que tiene tanto sentido esa palabra: Me amó y se entregó por mí”, enfatizó.

Monseñor Chomali expresó que “Dios quiera que esta no sea una Semana Santa más, que cuando mañana anunciemos que Jesucristo resucitó, también nosotros resucitemos con Él” y preguntó “¿qué significa en la práctica? Significa vivir una vida en Cristo, significa poner amor donde hay odio, poner verdad donde hay mentira, significa poner paz donde hay odio, significa cambiar el estilo de vida, porque ese estilo de vida es el que va a cambiar el ambiente donde nosotros nos desarrollamos”.

En ese sentido, señaló que “a veces esperamos mucho de las leyes, esperamos mucho de los otros, pero ahora llega la hora de que esperemos mucho de nosotros mismos. Y empecemos ahora con nuestros actos, con nuestras palabras, con el amor al trabajo bien hecho, con la preocupación por el otro, a tener una nueva vida en Él. Eso es lo que Dios quiere de nosotros”.

“Él asumió todo nuestro dolor para convertirlo en vida nueva (…) es un don, pero también una tarea. Dios quiera que esta semana, que ha sido muy hermosa y muy intensa, no quede solamente en un rito religioso. Es mucho más que eso, es una experiencia de Dios, que nos muestra su infinito amor por nosotros, para que nosotros que estamos muertos, tengamos vida abundante en Él”, destacó.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 07-04-2023