Con la bendición del fuego nuevo en el atrio de la Catedral, el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, dio inicio a la Vigilia Pascual, a las 20:00 horas de este sábado 8 de abril.

En su homilía, Monseñor Chomali afirmó que “hace más de dos mil años, en todas partes del mundo, en distintos idiomas y en distintas culturas, se celebra esta misma liturgia. Son mil millones de católicos que vibran con este acontecimiento que nos cambia la vida. La muerte, el gran enigma de la condición humana, ha sido derrotado por Jesucristo, nuestro Señor. Él resucita y nosotros resucitaremos con Él”.

Haciendo alusión al Evangelio según San Mateo, que dice: «De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella», el Arzobispo de Concepción sostuvo que “todos nosotros tenemos un sepulcro en nuestra vida, tenemos signos de muerte en nuestra vida. Más de alguno sentirá odio por alguien, más de alguno tendrá resentimiento por algo que le hicieron, más de alguno tendrá sentimiento de culpa por un daño hecho, más de alguno estará atormentado porque no puede vincularse bien con su familia, a más de alguno le duele haber hecho daño”.

“Esos son signos de muerte. Y el ángel llega y hace rodar la piedra del sepulcro. El cambio de nuestra vida es posible y es posible porque Dios tomó con Él todo lo que nos duele y lo transforma en vida. Por eso esta celebración es la celebración de la esperanza. Donde hay rencor puede haber paz, donde hay odio puede haber amor, donde hay mentira puede haber verdad, donde hay trabajo mal hecho puede haber trabajo bien hecho. En definitiva, donde hay muerte puede haber vida y no por nuestra fuerza, sino que por la fuerza de Dios todopoderoso”, enfatizó.

En ese contexto, sostuvo que cada vez está más convencido respecto de “la importancia de la misión que tenemos nosotros. Una misión que se tiene que extender en nuestra propia vida, en nuestras oficinas, en nuestras casas, en los colegios, en las universidades, en los regimientos, en el mundo político, porque parte de la conversión del corazón, que transforma las estructuras”.

“A veces queremos cambiar las estructuras, pero si no cambiamos el corazón no va a pasar nada. Nosotros tenemos un proyecto prepolítico, preético, que es el hombre tomado por Jesucristo, tomado hasta el corazón de su propia vida para transformarse en un hombre nuevo, en una mujer nueva, donde se saca el corazón de piedra y se pone un corazón de carne, donde el Espíritu nos anima a vivir según la esperanza, la fe y el amor, y donde todo signo de muerte somos capaces de convertirlo en vida y vida en abundancia”, destacó.

Finalmente, Monseñor Chomali animó a que durante esa semana “nos demos unos minutos para estar en nuestro propio sepulcro y ver cómo el ángel va a hacer rodar esa piedra para que salga ese signo de muerte y se convierta en signo de vida. Creanme que es un ejercicio que vale la pena y que nos dará una vida nueva en Él”.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 09-04-2023