Una invitación a la santidad: Reliquias de San Juan Calabria visitan Arquidiócesis de Concepción

Una invitación a la santidad: Reliquias de San Juan Calabria visitan Arquidiócesis de Concepción

Los fieles se hicieron presentes en la Comunidad San Eduardo de la Parroquia Nuestra Señora Guadalupe de Hualpén para venerar las reliquias, y fue celebrada una Misa, presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario General, Monseñor Bernardo Álvarez, junto al Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco, Monseñor Oscar García.

 
Martes 08 de Agosto de 2023
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Las Reliquias de San Juan Calabria, fundador de las congregaciones de los Pobres Siervos y de las Pobres Siervas de la Divina Providencia, llegaron a la Arquidiócesis de Concepción este lunes 7 de agosto. Por este motivo los fieles se hicieron presentes en la Comunidad San Eduardo de la Parroquia Nuestra Señora Guadalupe de Hualpén para venerar las reliquias, y fue celebrada una Misa, presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario General, Monseñor Bernardo Álvarez, junto al Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco, Monseñor Oscar García.

También estuvieron presentes el Vicario General de la Congregación de los Pobres Siervos, Padre Fernando Esperanza; el Delegado Provincial de la Delegación María Inmaculada, Padre Jorge Conti; el Vicario para la Pastoral de la Arquidiócesis, Padre César Pedreros; el Párroco de la comunidad, Padre Pedro Gómez; el Vicario Parroquial, Padre Erwin Montoya; y el sacerdote recientemente ordenado, Padre Santiago Hameau.

En su homilía, Monseñor Oscar García afirmó que la congregación se encuentra celebrando el Jubileo por los 150 años del nacimiento de San Juan Calabria e invitó a la comunidad a pedirle “una gracia especial para cada uno de nosotros y para quienes realmente deseamos vivir también las verdades del Evangelio”.

En ese contexto, destacó que es una bendición de la Divina Providencia el poder venerar las reliquias de San Juan Calabria y señaló que todos los santos dan testimonio y son un modelo para vivir el llamado que tenemos en común como cristianos: “La búsqueda constante de la santidad, como el mismo Jesús nos propone en el Evangelio”.

“Pero, sin lugar a dudas, para llegar a ser santos no es simplemente de palabras, sino que viviendo con consecuencia la fe en medio de nuestras propias realidades, con la vocación particular que cada uno de nosotros hemos recibido. Y ahí estamos justamente en nuestro pequeño mundo, pero también iluminando y tratando de llevar los valores del Evangelio en medio de nuestra propia realidad. Y hoy le pedimos también al Señor, que por intercesión de San Juan Calabria, nos obtenga la gracia para que de verdad no perdamos este gran llamado que tenemos que renovar todos los días, ese deseo profundo de la santidad”, enfatizó.

El Obispo Auxiliar de Concepción indicó que “si nosotros queremos realmente crecer en la santidad, la centralidad en nuestro Señor Jesucristo debe ser el norte. Cuando lo buscamos a Él en el silencio, en la intimidad, en la oración, en la celebración de la Eucaristía, en la vivencia de los sacramentos y en la comunidad, sin lugar a dudas, cuando le damos el primer lugar en nuestro corazón, es la mejor elección que podemos hacer”.

En ese sentido, advirtió acerca del riesgo de tener “una fe pietista”, que no ayuda a crecer ni a vivir los valores del Evangelio, “que deben ser encarnados”, para lo cual tenemos que “tener contacto con su Palabra, meditar su Palabra, discernir lo que el Señor nos pide, a la luz de la fe y con su gracia poder discernir lo que Él nos pide en nuestra propia realidad, en nuestra propia vocación, en nuestros propios ambientes, porque estamos llamados a transformar nuestros entornos. Pero sobre todo, el Evangelio nos lleva a cosas prácticas, concretas, y una de las dimensiones concretas que las vivió en primera persona (San Juan Calabria) fue la dimensión de la caridad. La caridad, no simplemente de palabra, sino con hechos, con obras”.

Monseñor Oscar sostuvo que San Juan Calabria supo actuar “con ahínco, con empeño, con generosidad, con un amor incandescente capaz de mostrar la cercanía de este Dios Padre, este Dios que ama por sobre todas las cosas, porque somos sus predilectos y Él quiere lo mejor para cada uno de sus hijos. Pero también él lo entendió perfectamente y hoy nos deja un legado y nos enseña que también nosotros estamos llamados a transmitir y a reavivar en el mundo la paternidad de Dios, a mostrar que Dios es el que realmente nos llena, hay una experiencia de Dios que tenemos y como lo revelamos en las acciones concretas de cada día en nuestro entorno, en nuestra familia, en nuestros ambientes. Sin lugar a dudas, cuando somos capaces también de salir de nosotros mismos, para no proyectarnos a nosotros mismos, sino el querer, la voluntad, el amor y la misericordia de Dios”.

“San Juan Calabria fue considerado un faro y creo que también nosotros, cristianos católicos de 2023, estamos llamados a ser un faro en nuestra sociedad y en nuestro mundo, capaz de iluminar, irradiar, contagiar, atraer a nuestros hermanos hacia Jesucristo y desde Jesucristo, juntos, caminar para que se impregnen los verdaderos valores del Evangelio (…) lo que significa muchas veces renuncia, morir a uno mismo para que crezca realmente Jesucristo, crezcan los valores y puedan ser vividos concretamente en medio de cada uno de nosotros”, agregó.

Monseñor Oscar, invitó a la comunidad a pedir al Señor, por intercesión de San Juan Calabria, vivir con un anhelo profundo de crecer en santidad, “para vivir en las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, concretamente, con los pies en la tierra, comprometidos con los valores del Evangelio, con la causa que nos lleva a salir de nosotros mismos para estar al servicio incondicional, en amor auténtico a nuestros hermanos y a nuestro prójimo, y entonces sí, revelaremos también nosotros esa gran paternidad de Dios”.

San Juan Calabria

San Juan Calabria nació en Verona el 8 de octubre de 1873 y tras la muerte de su padre debió dejar sus estudios y trabajar. Desde joven se distinguió por su gran caridad y un sacerdote lo preparó para los exámenes de ingreso al Seminario. Cuando realizaba su primer año de Teología, encontró un niño acurrucado delante de su puerta, lo recogió y lo llevó a su casa. Fue el principio de sus obras a favor de los abandonados y huérfanos.

Fue ordenado sacerdote el 11 de agosto de 1901 y se dedicó con gran amor a la confesión y al ejercicio de la caridad. Junto a un grupo de jóvenes entregados completamente al Señor en el servicio a los más pobres fundó la Congregación de los Pobres Siervos de la Divina Providencia, que obtuvo la Aprobación Pontificia el 25 de abril de 1949. La congregación se extendió a varios lugares de Italia y más tarde el resto del mundo, siempre al servicio de los más pobres y marginados. En 1910 fundó la rama femenina, bajo el nombre de Pobres Siervas de la Divina Providencia, que obtuvo Aprobación Pontificia en 1981.

A ambas congregaciones, San Juan Calabria les confió la misión que el Señor le había inspirado: “Mostrar al mundo que la Divina Providencia existe, que Dios no es extranjero, sino Padre, y piensa en nosotros, siempre que nosotros pensemos en Él y le correspondamos buscando en primer lugar el Santo Reino de Dios y su justicia”.

San Juan Calabria murió el 4 de diciembre de 1954, tras hacer su último gesto de caridad, ofreciendo su vida al Señor por el Papa Pío XII, que agonizaba. El Señor aceptó su oferta y al tiempo que él moría, el Papa recuperó su salud y vivió otros cuatro años.

Reliquias de San Juan Calabria

El Vicario General de la Congregación de los Pobres Siervos, Padre Fernando Esperanza, ha llevado las Reliquias de San Juan Calabria a Filipinas, República Dominicana, Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile, llevando el mensaje de “animarnos a hacer un camino de santidad, pero una santidad en las cosas simples. Es cierto que él fue un sacerdote, fundó congregaciones e hizo muchas obras grandes, pero el mensaje va por creer que Dios es nuestro Padre, que somos hijos y que Él nos invita a vivir nuestra vida bautismal en profundidad, en las cosas simples y cotidianas, y eso es un camino de santidad. Y creemos que eso es necesario hoy en día”.

“Trajimos siete reliquias: un par de zapatos, anteojos, una carta escrita por él, un reloj, una billetera, una estola sacerdotal y la reliquia más importante es un frasquito con sangre. Cada elemento no sólo es importante porque perteneció a San Juan Calabria, sino porque tiene un mensaje detrás”, explicó.

En ese sentido, detalló que “los zapatos nos invitan a caminar como él caminaba, que era servir a los demás; los anteojos, a tener una mirada de fe como él tenía; en la carta él habla de ser santos, así que es una invitación a la santidad; el reloj es aprovechar el tiempo y ponernos en sintonía con la vida de Dios; la billetera es signo de la caridad porque está vacía, es una donación pero abierta porque confía en Dios; la estola sacerdotal que invita a vivir la vocación, no sólo de sacerdote sino que la vocación que cada uno tenemos; y la sangre que está en un faro que tiene luz es que su persona y su enseñanza sigue siendo luz hoy día y nos invita a ser santos”.

El Padre Fernando Esperanza comentó que “vivimos este año jubilar con mucha alegría, pero al mismo tiempo lo vemos importante, en el sentido de que los santos son un don de Dios para la Iglesia, no son propiedad de nadie. Entonces, para nosotros también visitando estos lugares, no es promocionarnos ni promocionar a este santo, sino compartir un carisma, una espiritualidad, y sobre todo esa invitación a ser santos, que tanta falta nos hace”.

La Congregación se divide en seis delegaciones y una misión, y el Padre Jorge Conti, actualmente es el Delegado Provincial de la Delegación María Inmaculada, que está compuesta por Uruguay, Paraguay, Argentina y República Dominicana. En Chile hay un grupo de laicos calabrianos, por lo que nuestro país también es considerado parte de la familia Calabriana.

El Padre Jorge manifestó que están “sorprendidos y con mucha alegría, porque en todos los lugares donde estamos pasando, el fervor, la expectativa, todo lo que se genera en torno a lo que se ha preparado superó nuestras expectativas. Y es una alegría grande que la familia Calabriana tengamos además de los religiosos, religiosas y laicos, otras personas que también se acercan. Y también ha sido un evento eclesial, porque los santos no son propiedad de una familia carismática solamente, sino que de la Iglesia, son un don de Dios para la Iglesia, y en todos los lugares en que hemos estado nos han acompañado los obispos”.

Además, destacó que el mensaje que Dios le regaló a San Juan Calabria es muy actual, “porque nuestro carisma es manifestar que tenemos un Dios, que es Padre y que como Padre se preocupa de nosotros y nos provee de lo que necesitamos, y nosotros lo que tenemos es confiar en Él. Por eso nosotros somos Pobres Siervos de la Divina Providencia, confiamos en que Dios es Padre, que nos cuida, que nos protege, que es amoroso, que es misericordioso, por eso nosotros confiamos y Él nos provee lo que necesitamos. Pero para eso necesitamos la confianza y la fe. Entonces es un carisma que se actualiza a lo largo del paso del tiempo en la historia, es un carisma amplio, no está dedicado a una actividad específica, tenemos parroquia, casa de formación, hospitales, colegios (…) Es muy variada la actividad que realizamos, entonces lo más importante es decir que sigue siendo faro de luz, justamente en los 150 años es faro de santidad, un faro que sigue iluminando al mundo”.

Una bendición para la Arquidiócesis

El Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario General, Monseñor Bernardo Álvarez, manifestó que “para nosotros, como Arquidiócesis de Concepción, es una alegría que hayamos podido participar de esta peregrinación con las Reliquias de San Juan Calabria, que se ha dado a nivel del mundo y también de América del Sur. Así que, en ese sentido, agradecemos al Padre Fernando Esperanza, al Padre Jorge Conti y también a Monseñor Oscar García, porque él, de algún modo, intercedió para que estas reliquias pudieran estar con nosotros”.

Además, haciendo alusión a los años en que los Pobres Siervos de la Divina Providencia estuvieron presentes en la Arquidiócesis de Concepción, Monseñor Bernardo señaló la necesidad de reconocer que aún “está viva la espiritualidad que iniciaron los padres con su presencia en la Ciudad del Niño y luego en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Hualpén, especialmente en la Comunidad San Eduardo. Así que esperamos que sea una bendición de Dios para toda la Iglesia universal, para las diversas presencias de esta espiritualidad y carisma en el mundo y de manera particular también para nosotros como Arquidiócesis de Concepción”.

En ese contexto, afirmó que “tenemos diversas obras sociales que van en beneficio de personas vulnerables, que están muy en la sintonía de la espiritualidad calabriana y de los Pobres Siervos de la Divina Providencia, así que creo que es una oportunidad bonita para rezar también por nuestras obras sociales y de caridad, para que, a lo mejor fruto también de esta visita podamos cada vez reavivar ese carisma permanente en la historia de nuestra Arquidiócesis de Concepción”.

Por su parte, el Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco, Monseñor Oscar García, quien fue sacerdote de la Congregación de los Pobres Siervos, expresó su admiración por San Juan Calabria, destacando su humildad, santidad y su búsqueda de “vivir las verdades del Evangelio y reavivar la paternidad y la confianza en Dios en medio de nuestro mundo y más hoy en nuestro tiempo, que tanto se necesita, mostrar un Dios cercano, lleno de amor y misericordia que acoge a cada uno, que ama a cada uno de forma predilecta y que en la medida en que nosotros nos acercamos a Él, el Señor nos bendice de forma extraordinaria”.

“La presencia de las reliquias es un motivo también para llevarnos en ese camino que tenemos en común todos los cristianos, la santidad, viviendo las virtudes de fe, esperanza y caridad, y ser esa sal y esa luz que el mundo y la sociedad siguen esperando, y que el Señor nos pide que podamos ser. Así que estoy más que contento, orgulloso de poder venir acá a recibirlo y Dios mediante, el próximo miércoles en Curanilahue tendremos un momento muy especial también con las reliquias (…) Creo que será una gran bendición para nuestra Arquidiócesis y para que todos, no sólo los consagrados, los obispos, sacerdotes, religiosas, sino todos los laicos también, aspiremos realmente con paso firme a llegar a la meta, que como cristianos tenemos que es justamente la santidad. Y yo creo que este es un momento muy especial en que podemos ver que es posible la santidad y que, sin lugar a dudas, cuando le pedimos a Dios por intercesión de San Juan Calabria, también nos va a conceder gracias especiales. Así que de verdad estoy sumamente contento”, puntualizó.

Es importante mencionar que durante este martes 8 de agosto, las Reliquias de San Juan Calabria peregrinarán por las distintas comunidades de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Hualpén. Mientras que el miércoles 9 de agosto llegarán hasta Curanilahue, donde podrán ser veneradas a partir de las 11:30 horas. La Misa votiva será a las 18:30 horas en la Parroquia San José de Curanilahue, presidida por Monseñor Oscar García.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 08-08-2023
Video: Misa Reliquias de San Calabria