Las actividades se concentraron en el pueblo de Pelarco “para eso nos dividimos en cuadrillas de voluntarios y cada una de estas cubrió un sector. En las mañanas misionábamos a las familias en sus casas y en las tardes hacíamos misión y talleres en la plaza para niños, jóvenes y adultos, por ejemplo, hacer rosarios, carteles con los niños, angelitos de cartón, incluso jugar una pichanga”, relata Emilia Cleary, una de las jefas de grupo de Misión País.

El pasado martes hubo un bingo y “cada día celebrábamos la eucaristía a las 10 de la mañana con el padre Patricio Espinoza y las personas que quisieran podían salir con nosotros a misionar después de misa”, destaca Pedro Rojas, otro de los encargados de este grupo.

“La acogida de la gente ha sido muy buena, destaca Emilia, uno grita ¡Alooo! Y te dejan pasar altiro, te ofrecen tecito, galletas y se quedan conversando de sus vidas, de lo que les pasa, entonces ha sido muy grato el recibimiento. Y otros voluntarios han contado de gente que no es católica igual los han invitado a pasar. La comunidad es muy linda y se ve que necesitan unión y un poco de Cristo”.

Asimismo, Pedro coincide con Emilia en que “la gente de Pelarco es muy hospitalaria, nos han tratado con mucha amabilidad, han sido cariñosos con nosotros, mucho más que en otros lados. Me ha tocado misionar en Santiago y acá es muy diferente, allá la gente no te da el tiempo de tener una conversación. Acá se dan bonitos encuentros en que Cristo está presente”.

“Necesitamos misioneros para Chile, que anuncien a Cristo su alegría y esperanza. Siendo parte de esto somos felices, tenemos el corazón muy lleno y lo pasamos muy bien. Logramos amistades verdaderas entre nosotros como misioneros”, enfatiza Pedro Rojas.

Este grupo de Misión País en Pelarco estuvo integrado por jóvenes de entre 19 a 29 años, incluso con más de alguno que ha terminado su carrera universitaria.

Fuente: Comunicaciones Talca
Pelarco, 16-01-2024