El Congreso que se extenderá hasta el 14 de marzo es organizado por la Pontificia Comisión para la Protección del Menor, de la Santa Sede; el Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME), el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y la Arquidiócesis de Panamá.

Según han indicado sus organizadores, en este tercer congreso se estarán abordando diferentes aspectos relacionados a la prevención de abuso en los ambientes eclesiales y la vulnerabilidad; además se tendrá un espacio para reflexionar y actuar sobre el cuidado al que la Iglesia está comprometida a asumir.

Compromiso de la Iglesia y celeridad en las investigaciones
Durante su intervención el cardenal Seán Patrick O’Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores de la Santa Sede, agradeció a todas las mujeres y hombres de todos los países de Latinoamérica, el Caribe y de Europa, por su continuo compromiso de proporcionar esos espacios seguros en la Iglesia y aseveró que “su misión y su testimonio en esta labor son una bendición”.

Por su parte el arzobispo de Panamá, Domingo Ulloa Mendieta y anfitrión de este evento, destacó que la presencia de los participantes “manifiesta ese compromiso de devolverle el verdadero rostro de Nuestro Señor Jesucristo en su Iglesia, que los actos -de muy pocos- han querido desfigurar ante el mundo”. Pero, añadió que, aunque sean pocos, “a todos nos duele porque han afectado la vida de los pequeños, los más débiles, los más vulnerables”.

El prelado fue enfático en afirmar que estos casos de abuso ameritan que sean atendidos, con la prioridad y celeridad, porque frente a esta realidad, “nunca podemos perder nuestra atención al dolor causado a las víctimas y la comunidad, a quienes hay que escuchar con atención, porque claman justicia, reparación y sanación”.

Priorizar todo tipo de violencia
Otra intervención en el acto de apertura, fue la de María Inés Franck, miembro y secretaria del Consejo Pastoral para la Protección de los Menores de la Conferencia Episcopal Argentina y directora CEPROME, quien explicó que este año se han planteado ir más allá de los abusos sexuales y trabajar con otros tipos de violencias como son el abuso de autoridad, de poder, de conciencia y abuso espiritual, que ocurren no solo con los niños, niñas y adolescentes, sino también con los adultos mayores que se encuentran en una posición de vulnerabilidad en la sociedad y dentro de la Iglesia.

Papa Francisco: Privilegiar la mirada hacia los más vulnerables
En un mensaje enviado a los participantes del Congreso, el Papa Francisco subrayó la necesidad de «un cambio absoluto de mentalidad en nuestra concepción de las relaciones, que privilegie al menor, al pobre, al servidor, al ignorante, sobre el mayor, el rico, el amo, el letrado”.

El Papa reiteró las palabras dichas a una delegación del Consejo Latinoamericano del Centro de Investigación y Formación para la Protección del Menor, durante una audiencia suya, allí el subrayaba «el compromiso de la Iglesia de ver en cada una de las víctimas el rostro de Jesús sufriente«, pero también «la necesidad de poner a sus pies ‘el sufrimiento que hemos recibido y causado’, pidiéndole por ‘los más infelices y pecadores desesperados, por su conversión'».

En su mensaje, leído por el cardenal Sean O’Malley, el pontífice llamó a mirar con los ojos de Dios la compleja problemática de los abusos sexuales al interior de la Iglesia, observando que dicha perspectiva puede ayudar a comprender más cabalmente el fenómeno de la vulnerabilidad.

Trasparencia y humanizar las relaciones
En este sentido, exhortó a los participantes a continuar con su trabajo y plantear desafíos para acabar con las dinámicas de proteger a quienes usan sus posiciones sociales superiores para imponerse perversamente a otros; igualmente, les solicitó que puedan comprender porque estas personas no tienen la capacidad de entablar relaciones sanas ni de actuar según una recta conciencia.

“Humanizar las relaciones en cualquier sociedad, también en la Iglesia, supone trabajar con denuedo para formar personas maduras, coherentes, que, firmes en su fe y en sus principios éticos, sean capaces de afrontar el mal, dando testimonio de la Verdad con mayúsculas”, planteó el Papa.

Abierto al debate
La invitación a participar de este evento fue abierto, están presentes personas creyentes, no creyentes y de otras denominaciones religiosas, entre quienes se cuentan laicos, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y profesionales de distintas disciplinas, así como responsables de oficinas para la prevención de abusos, tanto a nivel de diócesis como de congregaciones religiosas, esto para que entre todos se debata, reflexione y converse sobre la prevención y la vulnerabilidad en el caso de abuso en ambientes eclesiales.

La tarea de guiar la reflexión y el debate de estos tres días estará a cargo de un equipo interdisciplinar, quienes a partir del diálogo y exposiciones orientarán el trabajo de los asistentes. Son ellos: el padre Amedeo Cencini, italiano, experto en el tema de abusos en la formación en la vida religiosa; padre Jordi Pujol, español especialista en transparencia, comunicación interna y de crisis; la chilena Carolina Montero, experta en la vulnerabilidad; el cardenal Seán P. O’ Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores y miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Papa Francisco; el P. Jordi Bertomeu, jurista y profesor en Derecho Canónico del Instituto Superior de Ciencias Religiosas; la doctora Patricia Espinoza, quien es cirujana y especialista en psicoterapia y psicoanálisis; y la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia.


Fuente: ADN CELAM
Fotos: Cortesía Conferencia Episcopal de Panamá
Ciudad de Panamá, 14-03-2024