Al observar la última Conferencia Episcopal y los participantes en la parte previa al desarrollo de la misma, a quienes supuestamente nuestros Obispos escuchan, me pareció excelente la idea de abrir sus oídos a personas y que éstas personas les enriquezcan con nuevas ideas y por sobre todo les hagan un diagnóstico o radiografía de la realidad de La Iglesia a la cual sirven.
Me gustaría mucho que no sólo escuchen a casi puros empleados de la Iglesia o personas que tienen compromisos con obispados o instituciones eclesiásticas, sino a Sacerdotes críticos, laicos rebeldes, personas alejadas, personas dañadas, indiferentes, periodistas, etc. Me parece que esta idea de la escucha, es buena, pero llega tarde. Años insistiendo en lo mismo. Ahora me parece que llegó el momento del no ocultamiento, el tiempo de la transparencia total. Y una cosa muy pero muy importante la cual colocaré con mayúscula.
EL NOMBRAMIENTO DE OBISPOS POR ESPACIOS DETERMINADOS DE TIEMPO. NO HASTA QUE JUBILEN. ESTO POR RESPETO A TODOS SUS SACERDOTES Y FIELES LAICOS. UN SACERDOTE NO PUEDE ESTAR CONDENADO A TRABAJAR TODA LA VIDA CON UN PATRÓN CON EL CUAL NO EXISTE NINGUNA CONEXIÓN. LA TRANSPARENCIA DEBE PARTIR POR AHÍ. NO DEBEN SER ESTÁTICOS.
Si La Iglesia quiere ser dinámica no puede tener puestos o Ministerios Inamovibles. Lo peor, en toda organización humana, es el acomodamiento de los jefes. Dios nos libre de jefes acomodados. Hablo de jefes y de patrones, porque de verdad lo son y actúan como tales y en verdad deben serlo y desde ese puesto tan importante están llamados a servir en la humildad y la transparencia. Escribo esto porque quiero a mi Iglesia y me gustaría verla no en tribunales, no en repugnantes juicios, no acomodada, sino alegre, sana, acogedora y libre.
P. Rosiel Ruiz Soto. (Puerto Montt)
Sacerdote Párroco en Puerto Montt
