En esta última semana, previo a la visita papal, han aumentado las críticas y afirmaciones acerca de la visita y sus frutos. Me parece que la certeza más radical la veremos con el pasar del tiempo, pues Dios siembra semillas de bondad en los corazones bien dispuestos y ellas darán fruto a su debido tiempo. Sin embargo, y sin perjuicio de lo anterior, ya podemos constatar frutos anticipados toda vez que 15 mil jóvenes se han comprometido como voluntarios para apoyar los encuentros masivos. Asimismo, diferentes comunidades se han preparado para recibir el Papa Francisco: la parroquia san Luis Beltrán en Pudahuel donde iniciará el recorrido del Papa Móvil; el coro de las presas en la cárcel de San Joaquin que con dedicación y justificada alegría esperan al Papa. De igual modo, los bailes religiosos en el norte de Chile y la rica tradición de la religiosidad popular manifestada de forma tan sencilla y significativa. Y por otra parte, en Temuco, será escuchada una zona de conflicto y dolor. En fin, creo sinceramente, que los más pobres han sido escuchados para poder estar con el Papa Francisco. Es tarea nuestra – de cada sacerdote, catequista y laico comprometido en la evangelización – dar a conocer el pensamiento del Papa Francisco y hacerlo cercano a sus propias comunidades. Un corazón abierto y disponible para dejarnos interpelar por la palabra del Papa Francisco nos hará mucho bien para seguir animando una Iglesia en salida como un hospital de campaña.
P. Fco. Javier Astaburuaga Ossa
Sacerdote
