Mi nombre es Benjamín y por medio de la presente, es que quiero dar a conocer el malestar y la tristeza que siento al darme cuenta que la Iglesia Católica se encuentra sumergida en una gran crisis.
Soy un joven católico y estoy muy comprometido con la Iglesia y con las actividades que ésta realiza, pero siento que, aun así, no es suficiente para rescatarla de la profunda crisis por la que está pasando actualmente.
Siento que es necesario renovar la forma de evangelizar, haciendo participe a todas las personas, desde el más pobre al más rico, pero sobre todo a los jóvenes; ellos tienen la fuerza, la alegría y el entusiasmo que la Iglesia necesita, son capaces de transformar y de hacer cambios significativos.
Es por eso que debemos escucharlos y hacerlos parte de este proceso y de esta forma permitir que la fe católica perdure en el tiempo.
Benjamín Alejandro Urzúa Rozas
Estudiante y católico
