En este día que Monseñor Ezzatti le fue aceptada su renuncia quiero manifestar mis sentimientos. Como yo no he sido abusada, pero sí he escuchado y visto filmes, testimonios asaz dolorosos, me es imposible no empatizar con quienes los han sufrido.
Sin embargo, por ser católica y firme creyente en un Dios Uno Y Trino, también puedo empatizar con padres que dicen la verdad y manifiestan o haberse equivocado, o haber pecado de omisión o quizás hasta sin así quererlo, abusar del poder.
Me duele hondamente la gente que ha sido dañada psicologicamente. Yo lo fui, de otro modo. Me dañaron pérdidas dolorosas a temprana edad, y así es como uno puede entender con nitidez cuánto duelen las heridas del alma.
Pero.
Ahora que usted se va padre Ezzatti quiero desearle la paz del espíritu y la reconciliación profunda con quiénes usted cree pendientes. Si así lo cree. Lo que menos desearía para usted sería el rencor que es como una enredadera para el alma. La apresa, le quita su pureza, en fin, Yo siento que si se va a ir de Chile, se vaya con amargura. Ojalá se quede con lo bueno. Con la experiencia que , me parece tuvo en Concepción dónde si mal no recuerdo usted abogaba por salarios éticos. Algo cada vez más lejano de la gente con poder y/o dinero. Lamento la pena que de seguro dejará tras de usted de quiénes fueron sus amigos o fieles queridos. pero de esas relaciones siempre sale algo bueno.
No puedo negar que yo siempre he respaldado a los tres abusados por Karadima. Comprendo su rabia. Y los orientales dicen que la rabia se viste con las ropas de la pena. Pero la vida no es en blanco y negro. Estar del lado de ellos no significa que no le desee a usted todo el bien posible.
Es una lastima que nuevamente la Iglesia haya mostrado el lado oscuro del ser humano. A mi sólo me reafirma mi creencia en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Que Dios lo Bendiga Padre Ezzatti!, para qué tanto Monseñor, no es cierto?
Marta Ibaceta Cardenas
Escritora
